Los ourensanos tiran por el váter 500 toneladas de toallitas y pañales al año

Cándida Andaluz Corujo
cándida andaluz OURENSE / LA VOZ

OURENSE CIUDAD

Santi M. Amil

Este tipo de residuos con fibra ha aumentado de forma exponencial en la ciudad

19 sep 2019 . Actualizado a las 18:39 h.

Desde hace tres años, la empresa que gestiona el servicio del agua en Ourense, Viaqua, ha detectado un aumento considerable de residuos que tiene que retirar de la red de saneamiento, tanto en la estación de bombeo como en la propia depuradora. Son restos que no se deshacen en el agua y se generan tanto en hogares como en centros de salud, hospitales, residencias o guarderías. Hablamos de las toallitas húmedas, que junto a otro tipo de residuos como pañales, compresas, tampones o preservativos, atascan la red y provocan serios daños en las instalaciones de bombeo. Aunque en la capital ourensana no se han dado casos tan complejos como los conocidos en Londres o Valencia, lo cierto es que por lo menos una vez al mes las máquinas se paran para retirar este tipo de restos antes de que ocasionen parones, roturas o pérdidas. Estos residuos fibrosos circulan por la red de saneamiento de la capital, un total de 500 kilómetros de tuberías, y por lo general acaban en la depuradora o en bombeos intermedios. Sin embargo, en los últimos años, muchos llegan hasta la estación central de O Couto, situada en la parte baja de la ciudad. De aquí pasan a la estación depuradora a través de bombas de elevación que son capaces de impulsar 500 litros por segundo de agua. El equipo mecánico cuenta con una parte que gira e impulsa el agua para elevarla. Si por ahí pasan residuos de tamaño voluminoso se acaba perdiendo rendimiento, lo que quiere decir que en lugar de elevar 500 litros impulsan 300, con lo cual la bomba se acaba desgastando. Y si la acumulación es grande puede llegar a atascar el equipo o causar algún tipo de avería. Este sistema, según la empresa, se ha visto exponencialmente perjudicado por el uso masivo de las toallitas húmedas que, además, tienen la propiedad de pegarse con mucha facilidad. Su acumulación, ya que se acaban agregando unas a las otras, forma grandes atascos en el sistema y provoca el calentamiento de las máquinas.

La falta de precipitaciones en la ciudad, unida a las grandes trombas de agua repentinas que llegaron en la última semana de agosto, agudizaron el problema. En algunas zonas, como el casco viejo, en donde las tuberías son menores, el agua no circula con la velocidad idónea. Esto hace que durante los períodos secos los restos se vayan depositando en las tuberías y que la llegada de las tormentas arrastre todo este sedimento. El resultado fue el colapso en la estación de bombeo, ya que al aumento de agua se unió a una gran cantidad de residuos fibrosos que estaban almacenados en la red. El bombeo de la estación de O Couto impulsa de 25 a 30 millones de litros de agua al día en tiempo seco y se generan 250 toneladas de residuos de este tipo al año. A estos hay que unir los que se retiran en la estación depuradora, a través de unas rejas, que rozan las 300, y las que por su tamaño pasan perfectamente por el bombeo. Son algo más de 500 toneladas de residuos fibrosos los que los ourensanos tiran por el váter cada año.

Pero no solo son perjudiciales para la red de saneamiento estos restos. El aceite unido a los detergentes forma grandes bolas compactas que también perjudican gravemente el bombeo.

La modernización del sistema ha influido a la hora de retener más cantidad de residuos antes de que lleguen de nuevo al río. Sin embargo, desde Viaqua alertan de los perjuicios importantes que se producen en la red con el uso masivo y normalizado de las toallitas húmedas. Un problema que se agrava.