Una fuente permanente de conflictos y disputas desde sus orígenes en el año 1999

p. s. OURENSE / LA VOZ

OURENSE CIUDAD

13 oct 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El proyecto de Xardín das Burgas tomó forma en un convenio urbanístico aprobado en febrero del 2000. Era alcalde el popular Manuel Cabezas. La previsión de desarrollo incluía un muy notable aumento de la edificabilidad. En el 2005, cuando la promotora contrató los discutidos trabajos de sondeo -en realidad, la única actuación efectiva sobre el terreno- para analizar los manantiales, la empresa ya fijaba en 2,5 millones de euros la inversión realizada hasta ese momento. Los planes de Xardín das Burgas -vistos con buenos ojos por el gobierno local del PP- se estrellaron posteriormente contra los bipartitos PSOE-BNG, formaciones que gobernaron en coalición primero en la Xunta y después en el Concello de Ourense. La propuesta para la declaración del entorno como Ben de Interés Cultural (BIC), que el gobierno gallego agilizó en aquella etapa, fue el golpe definitivo. Al finales del 2007, la empresa sugería la cifra de veinte millones para negociar el abandono del proyecto, mientras desde el Concello se especulaba con no más de dos millones y medio de euros como compensación. No hubo acuerdo. La historia reciente es más conocida. Se aprobó el BIC y se hizo después un plan especial, que la justicia anuló, igual que las expropiaciones. Desde febrero de las perspectivas de desarrollo se han diluido. Y tampoco las reclamaciones de Xardín das Burgas prosperan. Que la sociedad invirtió dinero y energías es un hecho. Que lo recupere o que acabe siendo negocio es otra historia.