Ls colectivos que se ocupan de la asistencia social en Ourense llevaban tiempo alertando de que, a pesar de que lo peor de la crisis ha pasado, la presión sobre el presupuesto que manejan para ayudar a los ourensanos con dificultades no se relaja. La explicación puede estar en la información que ayer ofrecía La Voz, con datos del Ministerio de Hacienda sobre lo que los concellos ourensanos han invertido en protección social entre 2010 y 2016, según la liquidación de las cuentas municipales. Y resulta que a pesar de lo que a todos (de todos los colores) gusta presumir del ímprobo esfuerzo que realizan en la asistencia social, se gasta un 33 % menos de lo que se invertía en este mismo capítulo en 2010. Y ojo, porque la caía en picado ya fue en el 2012 Habrá, seguro, alguna honrosa excepción a este escandaloso abandono de la protección de los ciudadanos más vulnerables. Tiene que haberlos porque no podría llegarse a esa media teniendo en cuenta que hay concellos en los que el descenso alcanza el 50 %. La capital, por ejemplo. Así las cosas no es de extrañar que en Cruz Roja, en Cáritas, en Aixiña, en Renacer... en tantas y tantas entidades donde ayudan a esos ourensanos, tengan que seguir haciendo encaje de bolillos con sus limitados recursos y multiplicando esfuerzos para cubrir una necesidad de apoyo social que no da síntomas de ceder. Me dirán que los concellos ya no tienen el dinero que tenían. Es cierto. Pero las cifras de los presupuestos que manejaron en el 2010 y en el 2016, que también aporta la información de La Voz, deja claro que el porcentaje de descenso es mucho menor que la reducción en prestaciones sociales.