Cinco acusados por un delito de alzamiento de bienes se desentienden de los hechos

e. filgueira OURENSE / LA VOZ

OURENSE CIUDAD

Santi M. Amil

Afirmaron desconocer los movimientos de unos camiones que se embargaron para pagar afrontar deudas

21 sep 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Cinco personas de Verín, cuatro de ellas del mismo núcleo familiar, se sentaron en el banquillo de los acusados de la Audiencia Provincial de Ourense por considerárselas autoras de un delito de alzamiento de bienes. Todas declararon desconocer los delitos que se les imputan o no tener nada que ver con ellos. Sin embargo, la fiscal pide para los procesados 3 años de prisión, mientras que la acusación particular añade un delito de estafa por el que reclama, para cada uno de ellos cuatro años de cárcel y tres más para el administrador y su apoderado -padre e hijo, respectivamente- por otro delito de insolvencia punible.

Según lo expuesto en la sesión oral del juicio, la empresa de transporte por carretera Melissatrans contrajo una deuda por valor de algo más de 150.000 euros con la estación de servicio Antela, ubicada en Xinzo de Limia, que le suministró combustible entre enero y abril de 2006. Al no hacer frente al pago, el gerente llevó a juicio a los encausados, resultando el dictamen a su favor y estipulándose que debía pagarse el combustible. Sin embargo, en 2010 Antela presentó una demanda de ejecución de sentencia para que se cumpliese el primer fallo del año 2007. Además, se pedía el embargo de tres camiones de los demandados, que a día de hoy siguen sin pagar, para hacer frente a parte de la deuda contraída.

Los vehículos fueron utilizados en posteriores empresas que los encausados fueron creando años después, según testificaron dos detectives contratados por el gerente de la estación de servicio.

Durante las cuatro horas de juicio, ninguno de los encausados asumió conocer qué pasó con los camiones que, según afirmó la fiscal, la Guardia Civil confirmó que nunca dejaron de pertenecer a Melissatrans. El administrador desconoce lo que pasó con ellos porque testificó que se puso enfermo y fue prejubilado y al mando de la empresa quedaron la que por aquel entonces era su mujer y madre de uno de los hijos que figuran como apoderados en el registro mercantil. Por su parte, la progenitora de los tres acusados mantuvo en su turno testifical que no recuerda qué pasó porque el que estaba al mando era su exmarido y el hijo espetó que él «era chófer y no oficinista» y que el que manejaba los hilos era su padre declarándose «inocente» ante los jueces.