«Antes pintaba para min, agora sentín a necesidade de ensinar a miña obra»

Montse García Iglesias
Montse García SANTIAGO

OURENSE CIUDAD

xoan a. soler

El artista ourensano José Antonio Corral protagoniza su primera exposición individual en Santiago

07 sep 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Lo suyo es la pintura. José Antonio Corral Sousa (Ourense, 1946) nunca tuvo dudas de cuál era su vocación. Hijo de pintor, ya desde muy pequeño comenzó a realizar sus primeros trazos y pronto demostró su habilidad. Fue precisamente su padre, José Corral Díaz, quien le animó a participar en certámenes de dibujo cuando tenía doce años. «Entre 1958 e 1964 teño sete premios nacionais de debuxo e pintura», explica el artista. Sin embargo, pese a comenzar desde tan joven con la pintura, la exposición en la Fundación Araguaney, en Santiago de Compostela, es la primera individual que realiza y, con anterioridad, solo había participado en tres colectivas en Ourense en los años 2001, 2002 y 2003. «Nunca tiven interese en expor individualmente, pintaba para min, e agora sentín a necesidade de ensinar a miña obra», explica el artista, que actualmente reside en Teo.

La mayor parte de pinturas a pastel seco que conforman la muestra fueron pintadas en los dos últimos años. Se trata de bodegones, naturalezas muertas y arquitectura religiosa, además de un autorretrato del propio artista. Entre las obras, vistas de la Catedral de Santiago, la Puerta de Mazarelos, el claustro de la catedral de Tui o los monasterios de Sobrado dos Monxes o Carboeiro. «Sempre me gustou moito a arquitectura relixiosa, sobre todo a da época cisterciense», dice el pintor, que durante varios años aparcó su pasión, pero ahora ha vuelto a ponerse delante del caballete. «Pinto todos os días un pouco», afirma, y prevé continuar también con sus exposiciones a nivel individual en otros puntos, como A Coruña, Vigo y, posiblemente, en Ourense; pese a que le costó mucho tomar la decisión de realizar una muestra en solitario: «Ao pintares non estás pensando en utilizar algo que sexa máis ou menos vendible, eu con estar satisfeito eu e o meu entorno, xa me sinto ben».

Pero más allá de los cuadros, José Antonio Corral también acometió varios obras de restauración como la del paraninfo del instituto Otero Pedrayo o, en el 2009, la del salón de plenos de Ourense. También la del altar mayor de los Maristas de Tui. «A pintura propia e a restauración son cousas completamente distintas, cando restauras recréaste no que estás a facer e intentas que sexa o que houbo hai 100 ou 150 anos despois de documentarte», aclara.

Este artista, que fue profesor de Arte en la Escuela de Estudios Superiores Antonio Faílde y en la de Artes y Oficios, explica que su único maestro fue su padre. «Fun un observador do que el facía, un namorado de como traballaba. Nunca quixen un mestre que non fora el; as cousas que me dicía, despois dos anos, dáste conta que tiña razón», dice José Antonio Corral. De su progenitor heredó también su pasión por la luz. «Para min o debuxo é fundamental e a luz búscoa sempre que é posible, isto supón observar un montón de veces un entorno ata que o sol dá a luz que tiñas imaxinado», afirma. Así, no duda en pasarse seis o siete horas observando algún lugar hasta encontrar esa luz que después quiere reflejar.

Y para plasmar esas naturalezas muertas y arquitecturas optó por la pintura a pastel seco, que «é moi complexa porque ten moi pouca defensa, non che permite insistir moito no que estás facendo, porque senón sóbalo e estrágalo». Corral indica que lo que aprecia de un pastelista es, precisamente, la limpieza. Por eso, él, en cuadros de arquitectura, opta por hacer el dibujo con anterioridad. Terminar el del Pórtico da Gloria le llevó semana y medida dedicándole una media de ocho horas al día.

El artista. Restaurador y pintor, José Antonio Corral Sousa siguió los pasos de su padre. Gracias a él fue un artista precoz.

La exposición. La treintena de obras pueden verse en la Fundación Araguaney, en Santiago de Compostela. La muestra estará abierta hasta el 24 de septiembre.