«Relacioné la mediación con la Teoría de Juegos y de ahí salió mi libro»

edith filgueira OURENSE

OURENSE CIUDAD

Santi M. Amil

El modelo que presenta la jurista, Ángela Coello, se puede aplicar a todas las ramas del Derecho

30 may 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

«Descubrí los modelos de mediación que internacionalmente se están utilizando más y me llamó la atención que los juristas quedábamos un poco de lado. Y decidí centrarme en el modelo de la Universidad de Harvard». Este fue el comienzo para Ángela Coello Pulido de una investigación cuyo resultado fueron dos libros de reciente publicación: El juego de la mediación y Los menores de edad en el juego de la mediación. Pero, en medio de ese proceso de bucear entre libros, se cruzó en el camino de esta docente de Derecho en la Universidad de Vigo la Teoría de juegos: Equilibrio de Nash. Llegó a ella en forma de película con la interpretación que Russell Crow realiza del premio nobel que consiguió demostrar, matemáticamente, que la colaboración es más beneficiosa que la competitividad. Se rompía, desde ese instante, el equilibrio del modelo de Competencia Perfecta del economista Adam Smith, que durante 150 años se utilizó como referencia para obtener los mejores resultados en los mercados.

«Desde el momento en el que vi esa película relacioné la mediación enfocada desde la negociación y la Teoría de juegos. Estuve unos años trabajando en ese punto y de ahí salió El juego de la mediación», aclara Coello sobre el primero de los libros que ha escrito sobre esta forma de arbitraje. La segunda parte llegó porque durante su formación se especializó en los temas referentes a menores de edad -tanto en la rama civil como en la penal-. En este sentido, Coello cree que los menores tienen «una problemática muy gorda que es, aparte de su inmadurez, su incapacidad para obrar por ser titulares de derechos y obligaciones jurídicas pero a la hora de ejercerlos necesitan una representación adulta». Así surgió Los menores de edad en el juego de la mediación, en el que expone su modelo del mediador. «Para mí la mediación es una negociación asistida: son dos partes que negocian con la diferencia de que hay un mediador que es un profesional que les ayuda a que fluya la comunicación entre ellos, pero quienes están negociando son las partes», explica la autora.

Es tan sencillo como asimilar que cuando dos personas quieren negociar tienen la opción de cooperar y ser sinceros o la de no cooperar y ocultarse información. Y aún en el caso de que decidan cooperar, la desconfianza estará presente en todo momento. «En mediación lo que debemos pretender es un resultado satisfactorio, que tal vez no sea el óptimo para todos pero es mejor que una imposición judicial, con lo cual es mejor que los dos cedan, aunque el resultado no sea perfecto», ahonda Coello. El problema es que por propia naturaleza los dos compiten desde un principio y sin comprender que muchas veces es innecesario. La docente lo ejemplifica con una fruta: «A veces ocurre que discutimos porque queremos una naranja sin saber que el otro quiere la cáscara para una tarta y nosotros hacer un zumo, con lo que los dos podríamos sacar un beneficio de la misma naranja».

Pero cuando se habla de menores, además de todo lo anterior, entra en el juego un tercer factor que es la Convención sobre los Derechos del Niño -ratificada por las Naciones Unidas-. «Viene a decir que allí donde haya un menor, sea en el ámbito que sea, debe primar su interés sobre otros intereses legítimos hasta donde sea posible, con lo que las partes ya no deben pensar en sí mismas, sino en el interés del menor». Aunque ella relaciona la mediación y la negociación, algo que choca con la mayoría de los modelos de trabajo. «Los estudios doctrinales a los que yo he accedido van más por la rama social o psicológica y hay mucha tendencia a asociar la mediación con terapia, pero no lo es». Y es que los conflictos se pueden solucionar con mediadores que sean psicólogos, pero el hecho de que sean juristas hace que se vele, con mayor conocimiento, por la legalidad del acuerdo en un ámbito jurídico.

En unos meses, Coello tiene previsto dejar la Universidad. «Lo que pretendo es abrir un despacho de referencia en minoría de edad, que yo creo que en Ourense falta, y me voy a dedicar tanto a civil como a penal».