«Sigue habiendo muchas barreras, y las mentales son las más difíciles de derruir»

Marta Vázquez Fernández
marta vázquez OURENSE / LA VOZ

OURENSE CIUDAD

MIGUEL VILLAR

El lalinense protagonizó una actividad para concienciar a la comunidad universitaria

14 mar 2017 . Actualizado a las 12:25 h.

Concienciar a la comunidad universitaria sobre cómo es el día a día de las personas que tienen alguna diversidad funcional y ayudarlos a lograr una convivencia mejor. Es el objetivo del programa que está llevando a cabo el gabinete psicopedagógico del campus de Ourense. La unidad, que cuenta con un plan de apoyo específico para cada uno de los cuarenta alumnos discapacitados que estudian en las facultades locales, quiere ahora que tanto alumnos como profesores conozcan de primera mano las experiencias de quienes se ven obligados a superar distintas barreras, y no solo físicas, día tras día y puedan compartir con ellos sus inquietudes. El primero en formar parte de esta iniciativa fue ayer el lalinense Álex Ferradás, que quedó tetrapléjico tras sufrir un accidente laboral en el año 2002. Ahora tiene 32 años y es todo un ejemplo de superación. «Lo que quiero transmitir es que a pesar de tener una tetraplejia derivada de un accidente que tuve cuando tenía 22 años, que me inmovilizó más del 85 % del cuerpo, soy capaz de hacer muchísimas cosas. La gente piensa que el hecho de tener una discapacidad te imposibilita para tener una vida normal, para poder hacer las mismas cosas que el resto de personas, pero esto no es cierto. Cada uno, dentro de sus limitaciones, puede llevar una vida plena», explica.

En su charla Álex también habló sobre sus actividades deportivas. Practica handbike, una modalidad de bicicleta propulsada por las manos, y hace tres años puso en marcha el proyecto Working Wheels, con el que junto a otros compañeros quiere dar visibilidad a personas con discapacidad y mostrar que ellas también son capaces de asumir retos complicados. «Ya hemos participado en varias acciones deportivos, como una maratón y travesías a nado», cuenta. 

Barreras

A nivel individual, este es el primer año que Álex ha comenzado a competir en handbike, con un club de A Coruña. «Lo que pretendemos es lograr la inclusión de personas con discapacidad en eventos deportivos. Vemos que sigue habiendo muchas barreras, tanto arquitectónicas como mentales, y estas últimas son las más difíciles de derruir» advierte Álex, que asegura que sigue habiendo muchos perjuicios sociales y, por lo tanto, «mucho trabajo que hacer».

En su charla el deportista también quiso recordar cómo fue aquella etapa en la que, tras el accidente laboral, su vida sufrió un cambio. «En el momento del percance piensas que todo se acaba, te preguntas porqué te ha pasado a ti y no a otra persona, pero después terminas por darte cuenta de que en realidad fue una suerte, porque pudiste seguir viviendo. Tengo la fortuna de tener una familia que me apoya mucho y también lo hacen mis amigos, así que me considero afortunado. Al fin y al cabo tengo capacidad para poder mantener una conversación, mentalmente estoy bien, y por eso me considero un afortunado. No niego que es una vida totalmente distinta porque empiezas a depender de otras personas, pero merece la pena aprovechar esta segunda oportunidad que se te presenta».

Tras la charla de Álex los participantes en la actividad pudieron probar su bicicleta adaptada e incluso subirse en una silla de ruedas, para comprobar lo que supone tener que usarla para todo. «Lo que pretendemos es que todos los miembros de la comunidad universitaria conozcan a personas con discapacidad e incluso se puedan poner en su piel durante un momento», explica Isabel Ferreiro, responsable del gabinete psicopedagógico del campus, que prevé que a lo largo de las próximas semanas participen en esta iniciativa protagonistas con vivencias e historias personales diferentes.