Seis de cada diez ourensanos no se ven representados por su asociación vecinal

r. n. p. OURENSE

OURENSE CIUDAD

El 36 % no sabe valorar si canalizan sus reivindicaciones ante las administraciones

12 mar 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Hace tiempo que el papel de las asociaciones de vecinos en la ciudad de Ourense está en entredicho. Lejana ya en el tiempo la época de esplendor de estos colectivos, su papel se ha difuminado en los últimos años. Así lo entienden la mayoría de los ourensanos, según los datos aportados por un barómetro de Sondaxe para La Voz de Galicia. Así, seis de cada ciudadanos no se sienten representados por su asociación de vecinos. El 16 %, por el contrario, sí considera que defiende los intereses de sus convecinos y, por tanto, avalan el trabajo que realizan en la actualidad decenas de asociaciones en la capital y las dos federaciones que conviven. El porcentaje de los ourensanos que está desenganchado del día a día de estos colectivos y que, por tanto, no sabe responder a esta cuestión es del 23,6 %.

Si el foco del análisis se pone en la capital ourensana, que es en donde hay una mayor proliferación de asociaciones vecinales, los resultados son todavía más pesimistas para este tipo de asociacionismo. Y es que el porcentaje de encuestados que no entiende que son representados por los dirigentes vecinales se incrementa hasta alcanzar casi el 70 %. La cifra de apoyos a su labor también baja, en este caso hasta quedarse en el 13 %. Al haber un mayor número de asociaciones el interés por la cuestión es mayor y la cifra de «No sabe / No tiene opinión» se reduce hasta el 17,2 %. En el rural es en donde los colectivos vecinales tienen un mayor respaldo. De hecho, en las poblaciones con menos de 5.000 habitantes la cifra de vecinos que no se sienten representados baja hasta el 50 %.

Uno de los clichés que siempre se ha utilizado con respecto al movimiento vecinal es que no interesa a los jóvenes. Es una tendencia que queda reflejada en el informe de Sondaxe para La Voz de Galicia. Los descontentos con las asociaciones tan solo bajan de la mitad (48,5 %) cuando los encuestados superan los 65 años. Los más críticos con su representatividad son los ourensanos con una horquilla de edad entre los 30 y los 44 años.

División de opiniones

La segunda pregunta realizada en el barómetro sobre las asociaciones vecinales deja a la vista un cierto desinterés sobre el trabajo de estos colectivos. Y es que el 36 % de los encuestados no tiene una opinión formada sobre el hecho de si canalizan ante las administraciones los intereses reales de los vecinos. En el caso de la ciudad esa cifra se mantiene invariable y es casi idéntica a la de ourensanos que consideran que no los canalizan (32,8 %).

Una extensa red de casi 60 asociaciones y dos federaciones en la capital

El movimiento vecinal en la ciudad de Ourense es el minifundismo llevado a la máxima expresión. En la actualidad, según los datos que maneja el Concello de Ourense, existe un censo oficial de casi sesenta asociaciones vecinales repartidas por todo el municipio. Es decir, un colectivo de este tipo por cada 1.700 vecinos. En algunos casos, hay parroquias que cuentan con dos asociaciones que trabajan en paralelo y que luchan por sobrevivir en un escenario cada vez menos propicio, especialmente en los núcleos rurales. Por si el elevado número de asociaciones no fuera suficiente para dividir las fuerzas, desde hace algo más de un lustro en la capital conviven dos agrupaciones vecinales. Por un lado está la federación de asociaciones de vecinos Limiar. Es la más veterana y, en su momento de máximo esplendor, agrupó a la mayoría de los colectivos. Su etapa más polémica fue durante el mandato de Manuel Cabezas, ya que estaba considerada como una extensión del Partido Popular.

Esta politización provocó un cisma en la asociación que, en el año 2010, desembocó en la ruptura definitiva con una veintena de asociaciones, que optaron por crear una nueva agrupación. Se trata de Miño, que representa a los colectivos vecinales que se encuentran en el perímetro rural. También las hay que van por libre. Tras años de duros enfrentamientos, ambos colectivos han firmado una tregua que se ha constatado con la presentación de sendos planes de obras para que ejecute el Concello. El primero se concluyó y el segundo se encuentra aprobado, pero a la espera de que se puedan destinar los fondos necesarios.

Ambas federaciones cuentan con un importante respaldo de las administraciones, que les aportan subvenciones para el desarrollo de actividades y que sufragan también los locales de la mayoría de ellas. En el caso de las ayudas durante el último año cada una de las dos federaciones vecinales recibió una aportación económica de 15.106 euros, mediante la firma de un convenio.

En este sentido, el gobierno de Ourense decidió en este mandato apostar por sacar a concurso el alquiler de estos recintos. El nuevo concejal de Participación Cidadá, Carlos Campos, se mostró partidario de que estén más aglutinadas en locales amplios.

Los locales son sufragados por el Concello, que optó por sacarlos a concurso público

Los votantes de DO y «marea» los más críticos con este tipo de colectivos

No hay sorpresas en el análisis en clave política de los resultados de Sondaxe. Los votantes de Democracia Ourensana y Ourense en Común son los que se muestran más críticos con este tipo de colectivos. En el caso de DO, el 100 % de sus votantes entiende que no están representados por las asociaciones vecinales. Suscriben, por tanto, al pie de la letra el argumentario de su líder, Gonzalo Jácome, que en el último pleno municipal anunció que desvelaría próximamente las conexiones políticas de la gran mayoría de asociaciones de la ciudad. En el caso de la «marea», el porcentaje de votantes que mantiene esta misma tesis es del 74,6 %.

Los que tienen en mejor estima a las asociaciones de vecinos de la provincia de Ourense son los que en las pasadas elecciones municipales votaron al PP. Hasta el 25 % considera que sí se siente representado. El siguiente partido más benévolo con su papel es el PSOE (21,1 %).