«Me gustaría involucrar a los alumnos de Ourense para construir un satélite»

Marta Vázquez Fernández
marta vázquez OURENSE / LA VOZ

OURENSE CIUDAD

Santi M. Amil

La científica dice que la Universidad de Vigo es muy competitiva en el ámbito aeroespacial

22 feb 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Ourense se sitúa en el mapa del ámbito aeroespacial. La puesta en marcha hace unos meses de una ingeniería de esa especialidad ha traído ya a la capital a expertos de todo el mundo. Esta tarde la italiana Chantal Cappelletti pronunciará una conferencia. Cree que la Universidad de Vigo tiene un gran potencial en este ámbito.

-Usted es italiana y da clases en la Universidad de Brasilia, ¿cómo fue ese salto?

-En Brasilia demandaban ingenieros aeroespaciales porque allí pusieron en marcha la titulación. Yo trabajo desde hace diez años con pequeños satélites y ellos buscaban a alguien con ese perfil. Mi marido también concursó y nos fuimos los dos, porque en Italia es difícil entrar como profesor en la Universidad. Todo está cerrado.

-¿Cómo empezó a colaborar con la Universidad de Vigo?

-En 2012, cuando yo estaba en la Universidad de Roma trabajando, mi equipo hizo un satélite y coincidió con el lanzamiento del Xatcobeo, de la Universidad de Vigo, que tuvo muy buenos resultados. Entonces conocí al profesor Fernando Aguado y comenzamos a colaborar.

-Ha participado ya en varias misiones espaciales...

-Sí, he sido directora de proyecto de seis misiones, la última hace un mes. Es divertido porque comencé cuando aún era estudiante, con pequeños proyectos. Luego las iniciativas fueron cada vez más grandes y aunque todo lo que tiene que ver con la tecnología es apasionante, lo mejor es poder compartir conocimiento con muchas personas. Es verdad que es muy cansado, sobre todo cuando queda poco para el lanzamiento, pero es muy emocionante cuando se recibe la primera señal desde el espacio. Yo he llorado varias veces porque es el final de un trabajo de años.

-¿Es competitiva la Universidad de Vigo en el ámbito aeroespacial?

-Sí, mucho. A nivel europeo el equipo de Vigo es muy competitivo, uno de los mejores, y está reconocido mundialmente. Desde 2012 no han parado de trabajar y mejorar. La idea de hacer ahora el curso de Ingeniería Aeroespacial en Ourense es muy importante para dar la posibilidad a nuevos estudiantes de continuar con el trabajo que ya se ha hecho, y el centro que se ha puesto en marcha en Vigo es de excelencia, tiene muchas posibilidades de que allí se pueda hacer en el futuro algo grande para Galicia.

-¿Sobre qué hablará hoy?

-Hablaremos de cómo los estudiantes pueden participar en proyectos de construcción y lanzamiento de un satélite. Explicaremos el movimiento Hands on education, que comenzó en los años ochenta en los Estados Unidos, para incentivar la educación aeroespacial. Lo más importante ahora mismo es que hay países cuyos primeros satélites han sido hechos en universidades.

-¿Cómo ve la presencia femenina en el mundo de la ciencia?

-Cuando yo comencé en la universidad no había muchas mujeres, pero ahora tienen cada vez más peso. Las misiones más importantes está en manos femeninas, porque es verdad que tienen más capacidad de tener una visión múltiple. Como profesora he visto que ellas están más motivadas y más maduras y, en Ourense, hay muchas chicas estudiando el grado.

-Su marido, Simone Battistini, da clases ahora en aeroespacial, en Ourense. ¿Le gustaría a usted también trabajar aquí?

-Sí, eso me gustaría, si se presentara la posibilidad. No solo por estar en esa titulación, sino también por la ilusión de poder motivar a los estudiantes y de involucrarlos en la construcción de un satélite, con el soporte del centro espacial de Vigo. Yo he hecho satélites con estudiantes de una escuela pública de Brasil que no tiene apenas medios. Aquí no solo tienen más posibilidades de hacerlo, sino también de que pueda tener muchas aplicaciones para Ourense y para Galicia, por ejemplo para la observación de niveles de agua o para la vigilancia de incendios forestales. Los estudiantes están muy motivados, no tienen limitaciones en cuanto a lo que son capaces de hacer.