Red Madre ofreció apoyo el pasado año a 67 familias ourensanas

Fina Ulloa
fina Ulloa OURENSE / LA VOZ

OURENSE CIUDAD

MIGUEL VILLAR

La entidad estrenó un nuevo proyecto para mujeres en riesgo de exclusión social

29 ene 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

La mayoría de las 67 mujeres que contactaron el pasado año con la asociación Red Madre Ourense eran españolas y estaban entre los 25 y los 35 años. Ese perfil viene repitiéndose en los últimos ejercicios de la entidad que comenzó a funcionar en 2009 y que precisamente en el 2016 amplió su oferta con un nuevo programa,: Anxela. «Teníamos el proyecto Nais, pero vimos que no todas las madres encajaban en el perfil para el que fue diseñado y que había un segmento de necesidad que quedaba sin cubrir», explica la presidenta, Coloma Viudez.

El programa Nais, que desde el 2013 ha apoyado a 181 mujeres, tiene como objetivo lograr la autonomía de las usuarias a través de un plan completo para que pueda compatibilizar su maternidad con su desarrollo personal y laboral. Ademas de la formación y la búsqueda de empleo, aporta desde asistencia legal, médica y administrativa a ayuda material como leche, cereales, pañales, ropa o enseres para el bebé. «Es un plan que requiere también un compromiso de la persona para seguir ese itinerario», señala.

El Anxela, que atendió en su primer año a 25, está pensado para madres que se encuentran en una situación de necesidad puntual «que necesitan un apoyo fundamentalmente material porque tienen herramientas y son perfectamente capaces de luchar y salir adelante sin necesidad de una tutorización tan intensa», relata.

«Agradeces tanto sentir que alguien se preocupa y te apoya como lo material»

La llegada del segundo hijo de Laura y Marcos pilló a esta joven pareja ourensana en un momento delicado en lo económico. Él se había quedado sin trabajo y el bebé fue diagnosticado de hidrocefalia cuando apenas tenía tres meses, lo que conllevó varias intervenciones quirúrgicas e ingresos hospitalarios. La madre tuvo que dejar un curso de capacitación al que asistía y que suponía la entrada de unos ingresos que, aunque exiguos, suponían un alivio para la maltrecha economía de este hogar con cuatro miembros. «Por desgracia tampoco tenemos apoyo familiar por ninguno de los dos lados, así que se pasa realmente mal», resume Marcos que señala que la llegada a Red Madre «fue un alivio en muchos sentidos, porque cuando tienes un problema como el nuestro con el niño, solo eso ya te hunde y quieras que no, que te escuche alguien y se preocupe, te da ánimo para seguir adelante».

«Nos ayudaron mucho con los pañales, con la leche... pero además en el aspecto psicológico. Hay un trato muy especial, muy respetuoso. Yo pienso que situaciones malas las podemos pasar todos y tener algo así vale de mucho. Agradeces tanto sentir que alguien se preocupa y te apoya como lo material, que obviamente te hace falta y es súper importante», apunta Laura.

María, que como ellos, fue una de las 25 madres apoyadas por el programa Anxela, coincide con ellos en destacar esa faceta de la atención. «Yo siempre les digo que el día que yo tenga un trabajo fijo y pueda, yo voy a ser una de las contribuyentes al programa porque realmente ayudan mucho. Y animo a las madres que tengan dificultades a que vengan, que no tengan reparo o vergüenza porque para un hijo si hay que pedir se pide. Cuando eres madre y te ves en esta situación, tú asumes que si tienes que pasar hambre, la pasas; pero por nada del mundo quieres que le falte a tu hijo; ante eso no hay vergüenza que valga», razona.

«Si queremos evitar la exclusión social en los niños hay que ayudar a las madres»

La mayoría de las mujeres que acuden a Red Madre asumen en solitario la maternidad, tanto en lo económico como en las múltiples responsabilidades que conlleva. «No hay un perfil. Hay estudiantes, inmigrantes, españolas, separadas, víctimas de violencia de género, primerizas o mujeres que ya tienen más hijos; pero salvo excepciones no suelen contar con el apoyo del padre o de una pareja, ni de sus familias», señala Coloma Viudez. La asociación tiene como objetivo ayudar a cualquier mujer embarazada o con hijos menores de tres años en situación de vulnerabilidad «para que ninguna mujer, por el hecho de ser madre y no tener otros recursos, tenga que renunciar a terminar sus estudios o a su desarrollo profesional. Si ayudamos a las madres estaremos ayudando a los niños, que son el futuro. Una madre en exclusión transmite esa situación a sus hijos. Si queremos evitar la exclusión social en los niños hay que ayudar a sus madres», resume la responsable de la entidad que cuenta en Ourense con dos trabajadoras y con entidades colaboradoras que facilitan el desarrollo de sus programas. El Banco de Alimentos, el Colegio de Farmacéuticos, la asociación para la exclusión social APES, e incluso los presos de Pereiro, que arreglan cochecitos y cunas, son algunos de ellos.