Las quejas de Reza por las obras de la A-52 llegan al Senado 20 años después

Miguel Ascón Belver
miguel ascón OURENSE / LA VOZ

OURENSE CIUDAD

santi m. amil

Los vecinos alertan de la inseguridad de un muro y el Gobierno se desentiende

29 ene 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El tramo Ourense-Melón de la Autovía das Rías Baixas (A-52) se construyó en 1997. Veinte años después, han llegado al Senado las quejas de los vecinos de Reza por los daños que, según aseguran, generó la construcción de la infraestructura. Una de las primeras preguntas respondidas en esta legislatura por el Gobierno central al único representante ourensano del PSOE en la Cámara Alta, Luis García Mañá, hace referencia a las quejas vecinales por los daños ocasionados en el muro del cementerio de Santa María de Reza.

El senador socialista explica en el documento presentado ante el Senado que la ejecución de las obras de la autovía supuso «el uso de barrenos, desmontes y otras actuaciones, con la consiguiente caída de piedras, tierra y riesgo de desplome sobre propiedades y personas». De hecho, según dice García Mañá, en un muro colindante a la infraestructura se produjeron daños «sin haberse consolidado en la actualidad».

El representante socialista en la Cámara Alta se hizo eco de las quejas vecinales y preguntó por si la reparación de ese trastorno estaba prevista en los presupuestos generales del Estado para el año 2016. La respuesta del Gobierno central es que, al igual que en las previsiones presupuestarias de los veinte años anteriores, tampoco en este ejercicio se había consignado partida alguna para esa actuación.

La pregunta tramitada por Luis García Mañá es la primera noticia que llega Madrid de las quejas vecinales. «El muro mencionado por su señoría [en referencia al senador ourensano] del cementerio de Santa María de Reza en Ourense está dentro de la propia finca del cementerio, no habiendo sido incluido en el expediente expropiatorio de la autovía A-52 por parte del Gobierno, a través del Ministerio de Fomento. Durante la ejecución de la citada autovía, en los años noventa, no se tuvo constancia de que el muro de Santa María de Reza se hubiese visto afectado por las obras de la A-52», dice el Ejecutivo de Mariano Rajoy, que concluye que «al no ser el Ministerio de Fomento titular del muro, ni haber sido afectado este por actuaciones de ese ministerio al construirse la A-52, no está contemplada la reparación del mismo».

Luis García Mañá no se da por satisfecho por esas explicaciones. Él cree a los vecinos cuando aseguran que los daños fueron provocados por las obras de esa infraestructura y dice que insistirá con más iniciativas en el Senado. Admite, en todo caso, que «o problema vai ser acreditar que foi consecuencia diso», señala el senador, que lamenta la falta de sensibilidad del Gobierno central con este asunto: «Os camposantos son importantes. Están ligados as nosas tradicións e alí están os nosos devanceiros».

García Mañá tuvo conocimiento de las quejas de los vecinos de Reza a través de la presidenta de la asociación Quince de Agosto, Sara Cruz Rial. Ella explica que, aunque en ese momento vivía en Pontevedra, en el pueblo no tienen ninguna duda respecto a si fueron o no las obras de la autovía las que provocaron los daños en el muro del cementerio. Según asegura, además, varios panteones quedaron agrietados.

En la parroquia no olvidan el impacto que supuso la construcción de esa infraestructura, que cambió el curso de regatos y llegó a poner en peligro la vida de las personas. Según recuerda, los barrenos para abrir sitio a la futura autovía en el monte hicieron caer piedras sobre el tejado de una casa y provocaron heridas a un bebé. «Llevamos quejándonos mucho tiempo, pero nunca nos respondieron por escrito y todo era palabrería», dice Sara Cruz, que espera que las iniciativas de García Mañá acaben por solucionar el problema.