
El analista ourensano Gonzalo Rivero, que trabaja en Washington, interpreta información para investigaciones sociales
30 dic 2016 . Actualizado a las 21:11 h.Explicar la información que contienen los datos es el trabajo que el estadístico ourensano Gonzalo Rivero desarrolla en Westat, empresa estadounidense radicada en Washington. Después de estudiar Historia en el campus universitario de Ourense hizo un máster en Ciencias Sociales en Madrid y en el 2007 viajó a Nueva York para realizar su tesis doctoral sobre la inestabilidad en la democracia y por qué puede fracasar este sistema político. Una nueva reflexión sobre este asunto le ha traído a Ourense de nuevo, además de a pasar las fiestas navideñas, como ponente en un debate celebrado esta semana en el Café Cultural Auriense sobre lo que podemos esperar de la democracia.
Rivero considera que en los últimos años ha habido un gran avance en lo relacionado con la transparencia: «Hai círculos de discusión, aínda que non sei se iso se traduce en máis control da acción de goberno». También concuerda en que existe más información disponible para la sociedad, pero con matices. «Hai un lado escuro coas redes sociais e o perigo de que se busque só a información coa que se está de acordo», expone Rivero. No es un fenómeno nuevo, pues el buscar refrendar con otras opiniones o datos lo que uno piensa es un «mecanismo natural», pero que con las redes sociales aumenta su efecto.
Como estadístico, Gonzalo Rivero está trabajando en Estados Unidos en una empresa que se dedica a la investigación social en Washington y que tiene un departamento propio de estadística, uno de los mejores del país americano. «Os datos son información que outra persoa pode coller. O que se trata é de darlle coherencia e explicalos», resume. En su caso, trabaja para que su empresa pueda usar nuevas fuentes de datos para responder preguntas. Trabajan sobre todo realizando estudios sociales para clientes gubernamentales o estatales. En España, dice, no existe un equivalente, aunque hay centros como el CIS o el INE que realizan estudios. A nivel privado, explica, aquí el análisis estadístico está más enfocado a aplicaciones para industrias. Considera, eso sí, que cada vez hay más demanda de interpretación de datos por las empresas para utilizarlos para sus productos.
El analista considera que el papel de las encuestas en las últimas elecciones presidenciales en Estados Unidos que dieron la victoria a Donald Trump no quedó desacreditado, pues los estudios previos a los comicios reflejaron que el voto popular agregado iba mayoritariamente para la candidata Hillary Clinton, como finalmente ocurrió. Con todo, Gonzalo Rivero considera que las encuestas son más válidas para «avaliar estados da opinión pública, non como predición». En el diseño de las preguntas de una encuesta es donde esta el quid. «A xente quere responder de forma sincera, pero a enquisa pode dar oportunidades para ocultar o que pensan», opina Rivero.
No solo la victoria de Trump ha marcado este 2016, sino también la aprobación del Brexit en el Reino Unido o al ascenso de la extrema derecha en Austria. Tres hechos que le llevaron a organizar, como editor del grupo de análisis Politikon, el debate en el Auriense, para saber qué esperamos de la democracia como sistema político, junto con los profesores Víctor Lapuente y Elena Costas.
El ascenso de los populismos en este 2016 que termina puede explicarse por varias causas generales, según expuso Rivero: por la automatización que elimina puestos de trabajo; por la apertura de capital en mercados laborales cerrados -lo que provoca una desigualdad económica que se traslada a la política-; por la sensibilidad a la información -con el auge de las redes sociales que amplifican las opiniones de amigos o afines- o por la mayor demanda de seguridad debido al terrorismo. Cuestiones que aparecen en sociedades democráticas en las que los jóvenes tienden a no sentir la necesidad de vivir en este tipo de sistemas. Y ello puede ser, dijo, por algo positivo, porque están satisfechos con la forma actual de democracia o, al contrario, porque no ven cubiertas sus expectativas de influir en el cambio de políticas sino que se limita a una elección de líderes o élites.