¿Cómo se presupuesta la dignidad?

Ruth Nóvoa de Manuel
Ruth Nóvoa DE REOJO

OURENSE CIUDAD

15 dic 2016 . Actualizado a las 21:04 h.

Reflexionar en la recta final del 2016 acerca de cómo va a llegar la alta velocidad a Galicia le parece una buena idea al ministro de Fomento -supongo que, de otra manera, no lo diría en la tele- pero a los que llevamos tantos años pensando en el AVE nos da, como mínimo, pereza. Además de bastante rabia.

Íñigo de la Serna quiso presupuestar esta semana la dignidad de los ourensanos y de los gallegos y, así, puso sobre la mesa del plató la cantidad de 600 millones de euros. Y, de paso, la duda sobre si es rentable o no que la línea de alta velocidad se haga como estaba previsto y como la ciudad se merece.

Cierto que un día después el Ministerio de Fomento ratificó el trazado comprometido pero la insinuación de su titular situó de nuevo a Ourense en la duda y en la frustración.

Es curioso porque la historia provincial de la ejecución de la inversión ferroviaria (de la inversión, en general) es como la vía actual, la que provocó la tentación de De la Serna: 17 curvas en 14 kilómetros. Es una forma muy gráfica de representar cuánto le cuesta a Ourense defenderse cuando se trata de presupuestos y proyectos.

No me quiero imaginar lo que sería si no estuviésemos donde estamos. Si ya nos quieren pasar por encima siendo la conexión entre Galicia y la Meseta, si la geografía, la historia o simplemente el destino nos hubieron colocado en un rincón muchos no sabrían ni pronunciar Ourense (de hecho, algunos ni siquiera lo saben ahora).

A pesar de que la variante exterior parezca garantizada -no está de más el papeliño, como recuerdan desde el PSOE- lo cierto es que el ministro descarriló con su intervención. «¿Cuál es la diferencia entre la una y la otra?», se preguntó, refiriéndose a la vía alternativa y a la línea convencional. A mí también me gusta jugar a las diferencias, como al ministro. ¿Cuál es la diferencia entre un ourensano y un sevillano? ¿Y entre un ourensano y un barcelonés?