Lo juzgan por amenazas a su esposa con 69 llamadas telefónicas en un día

La Voz OURENSE / LA VOZ

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En una mañana se vieron seis casos de violencia machista en un juzgado de lo penal de Ourense

13 dic 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Entre las amenazas, las coacciones y los malos tratos propiamente dichos se mueve el día a día de la violencia machista que llega a los tribunales. Las seis únicas vistas de ayer en el Juzgado de lo Penal 1 de Ourense eran por delitos de este tipo. Atrás quedó el 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, que fue el 25 de noviembre, pero no este los hechos que justifican las campañas de sensibilización. El muestrario es amplio, en unos casos acompañado de violencia física y otros en los que el nivel de acoso y presión es diferentes.

De los seis casos que ayer se enjuiciaron, en uno de ellos no acusó el fiscal, al no haber encontrado prueba suficiente para solicitar una condena, como sí hace la perjudicada, personada como acusación particular. Entre unas cartas que el acusado envió a la mujer para pedirle que reanudaran la relación, varios mensajes telefónicos y la búsqueda de la «presencia física no tolerada», se siente la denunciante víctima de acoso y pide que se mantenga la orden de alejamiento y un año de prisión para su expareja.

Quien también quiso ejercer la acusación, aunque solo fuera para refrendar la posición del fiscal y adherirse a ella, fue la víctima de un caso de amenazas proferidas por el hombre de quien actualmente está en proceso de separación. Llevaban más de veinte años casados y tienen dos hojas. Los hechos que dan lugar a la acusación ocurrieron el 30 de octubre pasado, según denunció la mujer en la comisaría de policía. Primeros se comunicaron por mensajes telefónicos y aquello acabó de forma no amistosa, por lo que la mujer prefirió dejar de contestar. Pasó el acusado entonces, según la versión que mantiene el ministerio público, al acoso telefónico. Hasta 69 llamadas, partes de ellas sin atender, al haber bloqueado el número.

En una caja de pino

«No voy a descansar hasta que te vea en una caja de pino», es una de las frases que la perjudicada oyó. En la conversación de wasap quedaron deseos como «que te mueras». El implicado lo negó todo. Que estén registradas tantas llamadas lo atribuyó a un sistema de rellamada automático, que funcionó sin que él fuera consciente de ello. ¿Los mensajes? Suyos no eran.

Aparte de cuatro meses de prisión, la fiscalía propone una orden de alejamiento de un año y seis meses a más de 300 metros. La víctima sostiene, además, que el acusado la amenazó para que no acudiera ni a la policía ni a los juzgados y que en alguna ocasión rondó el centro de trabajo donde ella desarrolla su actividad y donde, al parecer, él considera que la mujer tiene un amante.

Y si Pedro D. C. está acusado de amenazas, J. H. G. aceptó ser condenado por un delito de coacciones. La pena le ha quedado en un año de prisión y dos de alejamiento. En octubre del 2015, tras romper una relación de pareja, este joven de 26 años se dedicó a seguir y controlar a la chica, tanto en su casa como en su centro de trabajo, con lo que la obligó a alterar su forma de vida e incluso pedir ayuda a otras personas para que la acompañaran. Con la particularidad de que, además, el acusado buscaba de forma reiterada el enfrentamiento personal con la actual pareja de la perjudicada.

Denuncia a su marido tras 47 años en un «clima de terror», insultos y vejaciones

Deja la jornada, en esta singular radiografía de la violencia machista en Ourense, otro caso procedente del juzgado de Xinzo de Limia. La víctima es una mujer que decidió denunciar a su marido después de 47 años de convivencia «en un clima de terror creado por el acusado», según la interpretación de la fiscalía. Manuel F. L. insultó, humilló y vejó a su mujer diariamente, la aisló de su familia, le impidió que se relacionara o visitar a sus hermanos, le controlaba el tiempo que pasaba fuera de casa, la obligaba a realizar las tareas de casa y del campo y también la amenazó con golpearla o matarla. A aquella situación puso fin la mujer al formalizar una denuncia. Ayer se celebró la vista. La fiscalía mantiene una petición de dos años de prisión por maltrato habitual, dos años y medio sin poder portar armas y tres años de alejamiento de la perjudicada, con quien no podrá hablar.

Patadas y amenazas reiteradas

La imputación fiscal para Antonio A. R. es de dos delitos de malos tratos hacia su ex pareja. Uno, puntual, por un hecho ocurrido en noviembre del 2014, el día anterior a que ella abandonara el domicilio. Discutieron y él le dio varias patadas. Otro, genérico, por lo que la fiscalía considera múltiples episodios en los que golpeó, zarandeó, insultó y amenazó de muerte a su pareja, a quien en alguna ocasión encerró en la vivienda. Las peticiones de condena suman dos años y once meses de prisión, con orden de alejamiento de cinco años.

Pellizcos en los brazos

En el caso de José A. N. R., la propuesta de pena que formula el ministerio público es de once meses de prisión.

Los hechos que se juzgan son del 30 de agosto del 2015. En Rairiz de Veiga, el imputado discutió con su mujer, la garró de las manos, le propinó una patada en una rodilla y le pellizcó los brazos, según detalle el escrito de acusación de la fiscalía. Sufrió hematomas y tardó veinte días en curar, cinco de ellos impeditivos.