Tres cuerpos policiales distintos se repartieron los traslados de un detenido ante el juez y a Pereiro

p. s. OURENSE / LA VOZ

OURENSE CIUDAD

La policía nacional se vio obligada a pedir apoyo a la local y a la autonómica por falta de medios

07 dic 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Ni para trasladar a un detenido, desde los calabozos de la comisaría de As Lagoas hasta el edificio judicial, tenía el sábado personal de servicio suficiente la policía nacional. Y si las llamadas y requerimientos ciudadanos, sea para dar cuenta de un hurto, o para alertar sobre una disputa doméstico, se pueden derivar a la policía local para que sean los agentes de este cuerpo los que atiendan todas las eventualidades que se presenten, el pasado sábado también recurrieron desde la sala del 091 a los efectivos de la policía autonómica para poder atender un requerimiento judicial y llevar a presencia del juez a un detenido. La situación vivida con este detenido, que en cuestión de horas fue custodiado por la Guardia Civil, por la policía nacional y por la autonómica, ha dejado una vez más en evidencia la discutible operativa de la gestión de traslados oficiales.

En este caso en particular, el detenido pasó las noche del jueves y el viernes en los calabozos de As Lagoas. El sábado tenía que pasar a disposición judicial. Fue trasladado por la mañana desde la comisaría al nuevo edificio de O Couto en un vehículo de la policía nacional. Al ser necesario someter al detenido a una rueda de reconocimiento, se le trasladó al centro penitenciario de Pereiro por la tarde. Para este movimiento ya entró en escena la Guardia Civil, que tiene asignados esos servicios y desplazó hasta la comisaría de Ourense uno de sus vehículos para atender ese requerimiento.

Rueda de reconocimiento

Rematada la rueda de reconocimiento, con la participación de otros reclusos de aspecto teóricamente similar al sospechoso, el mismo equipo de la Guardia Civil devolvió al detenido a las dependencias policiales. Es la rutina, que se puede complicar cuando interviene la policía local, aunque en esta ocasión la imprevisión se hizo notar por otro lado, evidenciando las carencias de la plantilla de la comisaría de policía.

Que esté bajo mínimos es lo habitual en los turnos de sábados por la tarde y domingos por la mañana. El pasado sábado no fue distinto, sino peor. O se dejaban las banderas de la entrada sin nadie que las vigilara, se cerraban las puertas y se desconectaban los teléfonos, o se pedía apoyo externo. No había más personal de servicio en As Lagoas para poder trasladar a un detenido hasta el juzgado. Y si cualquiera de esas tardes se desvían a la policía local requerimientos relacionados con la seguridad ciudadana, para esta labor de transporte se acudió a la policía autonómica, que, a fin de cuentas, también son funcionarios del mismo Cuerpo Nacional de Policía aunque destinados en la llamada unidad adscrita. Dos agentes, de paisano y sin uniforme, se encargaron de ese penúltimo traslado de ida y vuelta a la comisaría. Porque para la última etapa, en realidad, volvió a entrar en escena la Guardia Civil, que, como el taxi más completo, llevó al detenido en uno de sus vehículos desde As Lagoas hasta Pereiro, toda vez que el juez había decidido su ingreso en prisión.

Denuncias sindicales

Atrás quedaban cuatro servicios, la intervención de tres cuerpos de seguridad diferentes y la constatación de que el protocolo no es, al menos en Ourense, todo lo eficaz que sería deseable. Lo llevan denunciado los sindicatos, particularmente el mayoritario SUP, que no dejan de reclaman más personal para atender los servicios de manera eficaz y racional, pero las reclamaciones caen en saco roto.

Basta con que haya un preso en el módulo hospitalario, con el consiguiente desplazamiento de personal destinado a custodia, para que la calle quede sin un solo policía nacional, como ocurrió el pasado sábado.

Sábados por la tarde y domingos a mediodía está la comisaría bajo mínimos