¿Toca poner fin a las goleadas humillantes?

OURENSE CIUDAD

Santi M. Amil

Aumentan las peticiones para desterrar las grandes diferencias en las categorías inferiores

12 nov 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Hace pocos días, la recientemente creada Asociación de Clubes de Fútbol de Ourense (AFOUR) reabrió un debate muy antiguo -y no por eso menos interesante- en torno al fútbol base: el efecto de las goleadas y la importancia que se le da a los resultados sobre la formación.

En todo entorno familiar se analiza de algún modo el contacto de los más pequeños con el deporte y es importante buscar el mejor método para compatibilizar su integración en los horarios educativos de los niños, sea cual sea la modalidad, aunque el balompié desborde en demasiadas ocasiones la simple dimensión formativa por tratarse, sin duda, del deporte rey.

Desde el citado colectivo, que preside Justo Antonio Taín, defienden que es necesario «alcanzar intereses comunes a favor del fútbol aficionado y fútbol base, aportar información y asesoramiento sobre la legislación vigente, formación a directivos y padres en todo aquello que haga referencia a la mejor educación deportiva de sus hijos».

Y una de sus primeras propuestas concretas se basó en eliminar de las categorías de fútbol 8 lo que denominaron «fútbol-humillación», preguntándose además qué aprenden los niños con los resultados abultados. La deliberación está más avanzada en otras modalidades deportivas y, por ejemplo, en baloncesto, hace años, se cerraba el acta al superar los 50 puntos de diferencia en los partidos de minibasket, aunque algunos entrenadores lo utilizaban también como vía para alimentar su propio ego, aunque al menos sí se salvaguardaba la posibilidad de contabilizar marcadores escandalosos. En otras, como en el balonmano, se opta por no contabilizar goles en las actas de algunas categorías.

Aún así, el debate local que reabrió AFOUR da para distintos enfoques y ofrece tres proposiciones para el fútbol 8, comenzando por «congelar y no contabilizar los resultados abultados y no publicar lo goleadores en la página web de la Federación Galega de Fútbol». En un segundo apartado, apuntan a fijar un resultado tope (5-0, 6-0 o cualquier otro) y conceder al equipo que pierde la opción de jugar con un efectivo más sobre el campo. Por último apuestan también por partidos de tres tiempos. Entregando dos puntos en cada uno de ellos, evitando los marcadores abultados.

El caso es que federación, clubes, padres y todos los estamentos educativos deben aguzar el ingenio en un tema que no es, ni mucho menos, baladí, como es el de la formación de los niños, en la que por fuerza, debe estar muy presente el deporte.

Federación receptiva

En el bando federativo también preocupa esta situación y los responsables del área de fútbol base ya han pulsado las sensaciones de algunos de los clubes con mayor experiencia en el trabajo con las divisiones inferiores, según pudo contrastar La Voz, con vista al estudio de un futuro cambio de la reglamentación en las categorías autonómicas. De hecho, ya existen modelos aplicados en Asturias y Valencia, en donde no se computan marcadores a partir de los diez goles. Cataluña también había limitado esas grandes diferencias en campañas anteriores, pero acabó retirando esas cortapisas a petición de los propios clubes.

Por tanto, parece que si los propios equipos -o en su caso los padres y tutores de los niños- quieren acabar con los marcadores humillantes, lo primero que tienen que hacer es manifestar su demanda a la Federación Gallega. El paso burocrático sería el de dar cuenta de la cuestión al Comité de Fútbol Base, para que se trate en la próxima reunión, que a su vez lo trasladaría a la Junta Directiva de la FGF para que sea la comisión delegada la que comunique a la asamblea los cambios a realizar en el sistema de competición. No sería la primera vez que el debate llegara a esas alturas, pero, pero la junta que preside Louzán es consciente de que los tiempos cambian y que se debe ser muy escrupulosos en temas como los de la educación de los niños.

Además de la propuesta que presentó AFOUR, también ha movido ficha la Asociación de Fútbol Aficionado Coruñés (AFAC) y no se descartan peticiones similares procedentes de distintas locaciones de la geografía autonómica.

Las reglamentaciones de otros deportes evitan que se difundan las grandes diferencias

Si bien federaciones como la asturiana o la valenciana ya han tomado cartas en el asunto para que el fútbol modernice sus prestaciones en las categorías de formación, otras modalidades deportivas llevan años de ventaja en ese sentido, a nivel gallego.

Así, en el caso del baloncesto, por citar uno de los más conocidos y con la repercusión de las competiciones de minibásquet, desde infantiles a las más jóvenes, se cierran las actas cuando la diferencia de puntos entre los dos equipos supera los cincuenta puntos. El partido se sigue jugando a tiempo corrido, pero los puntos ya no suben al marcador. Solo se computan las faltas y las sanciones disciplinarias.

En el hockey sobre patines utilizan otro sistema bastante original, puesto que en la categoría de iniciación, la denominada Liga Micro, los niños juegan tres tiempos y los marcadores finales solo reflejan los vencedores de cada uno de ellos. Así, aunque un equipo anote los goles que sea en cualquiera de esos parciales, solo computará uno en su casillero y el resultado más abultado que pueda registrarse será un 3-0. Por otra parte, en el resto de categorías de formación no computa el golaveraje general como criterio de desempate. De ese modo, de nada sirve que un equipo muy bueno golee a uno de inferior calidad. En caso de igualdad de puntos, se atiende al golaveraje particular y, de estar igualado, se jugará un partido de desempate. Una solución que muchos de los clubes de fútbol solicitan para desterrar los efectos de las goleadas.

En el ámbito del rugbi también se ha buscado una salida reglamentaria para evitar resultados desmesurados. Dejan al árbitro la potestad de dar por finalizado un encuentro en caso de que se forje una gran diferencia entre los dos conjuntos. En ese caso, reúne a capitanes o entrenadores, les consulta su opinión, y adopta una decisión consensuada.

El debate por tanto está abierto en el deporte rey, con varias opciones sobre la mesa.