
El responsable del certamen destaca la calidad del cine gallego y la apuesta por su presencia en todas las secciones
09 oct 2016 . Actualizado a las 05:00 h.Parafraseando al escritor ciego se podría decir que Fran Gayo (Xixón, 1970) llegó al OUFF 2016 cuando la casa estaba a medio armar y sin esperanzas de poner orden en el caos. Y siguiendo a Borges, no queda otra que reconocer el arduo trabajo y su implicación con la nueva etapa del Festival Internacional de Cine de Ourense. Compagina su faceta de programador de un certamen de la magnitud del BAFICI (por el Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente de este año pasaron 380.000 personas) con la responsabilidad de dirigir el OUFF. Desde que fue presentado en junio ha ido avanzando propuestas a base de sesiones maratonianas de trabajo, las mismas que desarrolla desde que a comienzos de septiembre se instaló en la ciudad. Sin descuidar su presencia en los foros profesionales: pasó por Donosti y esta semana participó en el Cortocircuito de Compostela.
-Ya se han ido dando a conocer propuestas y los contenidos parecen estar cerrados. ¿Cansado, defraudado, ilusionado?
-Al principio tuvimos una sensación de vértigo y de ansiedad: quedaba poco tiempo y queríamos saber hasta dónde podíamos llegar y qué contenidos ofrecer. Tenemos cansancio físico pero la sensación que prima es el entusiasmo, incluso diría que un poco de euforia, por lo bien que respondió todo el equipo y por el compromiso con el proyecto.
-El festival abrirá con una cinta sobre el crimen de Santoalla. ¿Es la apuesta ourensana?
-Para nada. Santoalla es una apuesta fácil y aún nos sorprende que la propuesta haya llegado a nosotros limpia, sin qeudarse por el camino en algún otro festival. Es un documental construido a ritmo de thriller que arranca y, a los cinco minutos, estás adentro y no puedes dejar de mirarlo. Manejamos tres títulos para la inauguración, pero Santoalla es una película con tantísima fuerza que consideramos que no se podía quedar en la sección competitiva.
-Cine iberoamericano y Óperas primas son los apartados a concurso. ¿Satisfecho con las cintas que optarán a los premios?
-La selección de películas que tenemos en las dos en junio no la habría soñado ni de casualidad. Había varios títulos que estaban un poco en el aire y me hacía mucha ilusión que estuvieran en el OUFF, aunque sabía que podrían ir a Venecia o Locarno; o acabar en San Sebastián o Valladolid. Pero estoy muy contento porque realmente la mayoría las tenemos. Estamos entusiasmados con la selección de películas a competición, y me cuesta mucho morderme la lengua para no dar títulos.
-En estos años ha programado cine gallego en el BAFICI y en el OUFF habrá una importante presencia del Novo Cinema Galego. ¿Es el compromiso con el sector audiovisual de Galicia?
-No es una cuestión de proselitismo. Es justo y de sentido común que haya una importante presencia del cine gallego en la programación. En Galicia se está haciendo muy buen cine y están saliendo directores y directoras con muchísima personalidad que están circulando por todo el mundo. No es una cuestión de localismos, no nos interesa hacer una sección de cine gallego y embucharlo todo ahí, las obras gallegas que se van a pasar en el OUFF van a estar en todas las secciones porque nos parece que es un cine que aguanta, de sobra, el envite de estar al lado de películas que vienen de Argentina, de Chile o de donde sea. Y haber tenido la posibilidad de poder traer películas como Angélica, de Manuel Fernández-Valdes, o Manuel Vilariño. Ser luz, de José Manuel Mouriño, es para nosotros un punto fuerte del que estamos muy orgullosos.
-Clausura con Carlos Velo.
-Y me hace mucha ilusión. Coincidía una fecha redonda, tipo aniversario, y podíamos conseguir una copia en fílmico -para mí eso era innegociable: o lográbamos el 35 mm o Pedro Páramo no se proyectaba- con lo cual me parecía una ocasión perfecta. A mí me gustaría que Velo tuviese más presencia, pero armamos con poco tiempo el festival. En el futuro queremos potenciar la relación del OUFF con la figura y la obra de Carlos Velo.
«Un festival que no forme a los futuros espectadores tiene los pies de barro»
El director del OUFF es un apasionado de su trabajo que se manifiesta en otros sectores culturales. En su faceta de poeta -publicó este año Cadena de frío- reconoce su satisfacción por estar vinculado a la ciudad de Valente y Las próximas cosechas es su primer disco en solitario. Como buen sportinguista, su afición futbolera le da pocas satisfacciones.
-Tras algún año en que casi desaparece, en esta convocatoria se potencia el OUFF Escola.
-Ahora mismo, en 2016, plantearse que un festival sea solamente un escaparate de películas es una idea delirante. Hay obligaciones serias, casi diría que morales, cuando alguien se dedica a esto. Y un festival que no forme a los futuros espectadores tiene los pies de barro. Ya lo viví en el Festival de Xixón y la parte didáctica es vital: de ahí saldrán también los futuros programadores y directores o directoras del OUFF. Llegamos muy justos de tiempo, los plazos los marca el curso escolar, pero tenemos muchas ideas para dinamizar este apartado en el futuro.
-¿Potenciará los ciclos?
-Soy un programador de la vieja escuela y creo que es importantísimo hacer retrospectivas o poner el foco sobre directores veteranos. El que vamos a dedicar a Hugo Santiago será una gran sorpresa y contará con dos títulos imprescindibles: Invasión -que para mí es una obra maestra- y El cielo del centauro -una pelicula hermosa que me parece muy emocionante-.
-En su día aludió a la posible colaboración con el Padre Feijoo. ¿Se avanzó en este apartado?
-La sede del cine club será espacio de referencia del OUFF. Que la ciudad cuente con una entidad con el recorrido del Padre Feijoo y que un grupo de cinéfilos lleve realizando este trabajo desde hace 46 años es un orgullo. Nos hace muchísima ilusión recuperar la relación y trabajar con ellos.