«En Ourense las personas sordas no tenemos ni la opción de ir al cine»

Fina Ulloa
fina Ulloa OURENSE / LA VOZ

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miguel villar

El colectivo reivindica más intérpretes en instituciones, servicios y actos públicos

30 sep 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Se autodefinen como los discapacitados invisibles. No llevan ayudas técnicas que den pistas sobre su disfunción y quizá por ello sufren el aislamiento social y, lo que es más preocupante, una dejadez institucional sobre las necesidades que tienen para hacer uso de servicios públicos a los que como cualquier ciudadano tienen derecho. Son las personas sordas, que en Ourense tienen desde 1974 una asociación con la que palían parte de esas barreras cotidianas y, sobre todo, es punto de referencia para la socialización. «La integración ha mejorado los últimos años, sobre todo en los jóvenes; pero continúan existiendo muchas carencias para acceder a cualquier tipo de entidad o actividad», explica María Isabel Fernández, que preside desde el 2012 la asociación ourensana en la que se integran 114 personas de toda la provincia.

Acudir al teatro, a una exposición o a una conferencia es casi misión imposible porque muy pocos se acuerdan de ellos y piden un intérprete. «En Coruña, por ejemplo, hay cine subtitulado; aquí no tenemos ni esa opción», matiza la presidenta. Aunque las nuevas tecnologías han ayudado algo «las trabas son las mismas que hace años porque las barreras de comunicación son las mismas», aclara.

El colectivo reclama intérpretes o formación básica en lengua de signos para empleados públicos, de modo que ir a hacer cualquier gestión de urgencia ante el juzgado, la policía o al médico, por ejemplo, no se convierta en un problema. En el ámbito social ayudaría, dicen, que a los escolares se les enseñase la lengua de signos. Esos adultos del futuro podrían relacionarse mejor con sus convecinos sordos.

La falta de subvenciones limita la respuesta de la asociación a los afectados

La asociación ourensana de personas sordas tiene intérpretes propios. En concreto, en estos momentos, una. Con ella intentan dar respuesta a las necesidades que plantean los asociados para hacer gestiones en el mundo oyente, pero «la demanda de servicios es tan alta que resulta imposible cubrirlos todos» lamenta la presidenta. Aumentar la cifra de intérpretes de lenguas de signos en esta entidad depende directamente de las subvenciones que consigan «y la verdad es que nos hemos visto perjudicados por la situación actual», matiza Isabel Fernández, refiriéndose a la crisis económica.

Además de ese servicio y el de una asistente social, la asociación desarrolla a lo largo del año un amplio programa cultural y de ocio para las personas sordas de la provincia, con excursiones, visitas guiadas, conferencias, charlas y talleres formativos.