Invisibles

Fina Ulloa
Fina Ulloa RECANTO

OURENSE CIUDAD

30 sep 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Mañana, un grupo de vecinos de Ourense se van a celebrar su día mundial a Pontevedra. Lo pasarán bien, seguro. Y no solo porque el programa lúdico diseñado por la federación gallega que los agrupa sea completo, entretenido y variado, sino porque ese día será uno de los pocos del año en los que se sientan realmente y plenamente personas integradas en la sociedad. Aunque será una sociedad ficticia; una sociedad de iguales. Cuando regresen y estén de nuevo en la sociedad plural volverán a sentir que son invisibles para el resto de sus vecinos. Son los ourensanos sordos. Esos que no pueden ir a una sala de cine a disfrutar con las películas que a muchos apasionan porque, simplemente, no se proyectan subtituladas. Esos que tampoco pueden disfrutar de una obra de teatro en el Principal o de una conferencia de algún experto en alguna materia para saber más, porque nadie en las administraciones públicas o privadas que lo programan recuerda que existen. Tendrán que organizar su vida y las gestiones que tengan que hacer en el Concello, o en Fenosa, o en Correos, o en la Seguridad Social, o .... a la disponibilidad de otra persona del mundo oyente con conocimientos de Lengua de Signos les acompañe. Y, lo que es más triste aún, tendrán que soportar las indiferencia del resto de los ciudadanos ante sus dificultades, cuando no las caras desconfiadas de quien les ve gesticular (hablar) con las manos, e incluso algún que otro mal gesto del impaciente de turno. Cualquier discapacidad es un reto, para quien la padece y para la sociedad en la que se integra. Pero hay que reconocer que hacemos muy poco para acercarnos a nuestros vecinos sordos.