Mujeres

Luis Manuel Rodríguez González
Luis M. Rodríguez A BOTE PRONTO

OURENSE CIUDAD

16 ago 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

De Río de Janeiro y de sus Juegos Olímpicos nos llegan buenas noticias de las deportistas españolas. Al margen de las medallas -algún día deberíamos valorar mucho más esas que llaman de chocolate-, nadie puede abstraerse a ese alto nivel alcanzado por sirenas, leonas, guerreras y toda esa retahíla de apelativos siempre cariñosos, entre los que no podemos olvidar el de madres de familia. Como si con eso no fuera suficiente.

Ahí es nada Maialen Chourraut celebrando una medalla de oro con su hija de tres años o nuestra Teresa Portela, que llama cada día a casa para interesarse por su hija Naira. Pero todas estas historias las recordamos cada cuatro años y casi nunca le damos el justo reconocimiento a nuestras mujeres, a las mismas que tumbaron barreras para batir récords y para concienciar al gran público de que ellas también tienen el mismo derecho que cualquier otra persona para convertirse en deportistas profesionales. Aunque si hablamos de dinero, ya se sabe que es la oferta y la demanda la que a la postre marca el techo de los salarios.

Aquí, más cerca, tampoco recordamos en muchas ocasiones que son dos equipos de fútbol sala femenino los que se han situado en la élite de nuestro deporte. Que el Ourense Envialia rozó el top cuatro y sigue consolidando su equipo, o que el Burgas vuelve hoy al trabajo, con otra nueva generación de niñas que pretenden consolidarse con la pichichi nacional, Iria Saeta o la laureada Vanessa Sotelo, ya fichaje estelar del Alcorcón junto a la verinense Ana Rivera. Ambas forman parte hoy del combinado nacional con Andrea Carid. ¿Alguien da más?