«Déjame ver, ¡solo me faltan ocho!»

Algunos eran niños y otros volvieron a su infancia. Hace aproximadamente dos meses el Baloncesto Femenino Ourense y el ABO se unieron en una iniciativa que tiene como objetivo promover comunidad y fomentar el intercambio. El álbum de cromos de los equipos, de los pequeños de 6 años a los mayores de 21, ha resultado todo un éxito. Sin embargo, como ocurre con este tipo de colecciones, muchos se encuentran en la recta final del reparto de sobres sin completar el álbum Por eso ayer se citaron. El objetivo: encontrar aquellos cromos que faltan. Borja Ferro tiene 12 años y fue de los primeros en llegar, junto a su madre. Con el álbum bien agarrado y un montón de postalillas -algunas un poco dobladas de tanto mirarlas- esperó la llegada de algún coleccionista. Estudia en el colegio Jose García García de Mende y juega desde hace menos de un año. Es base. «El baloncesto me gusta mucho, más que el fútbol. Mi jugador favorito es Pau Gasol», afirmó. Su madre explicó que desde el principio se ilusionó mucho con el álbum. «Está muy bien hecho, pensamos que sería otra cosa. Por eso se emocionaron. Lo primero era encontrar el suyo y el de su equipo». Estos ya los tiene aunque, aseguró con algo de resignación, no le gusta demasiado su foto. Al momento llegó Marcos Álvarez, acompañado de su abuela. Tiene 12 años y estudia en Josefinas. Trae todo preparado. En una hoja apuntó los cromos que le faltan. También tiene el suyo. Ambos se sentaron juntos y empezaron a ojear. Mientras, la abuela de Marcos hablaba con otra madre. «A ver si lo completa hoy, porque ya llevamos tanto tiempo...». Cerca está José Luis Fernández. Él es el padre de Pablo. El niño no ha podido ir al intercambio y él, con una pequeña lista de los que necesita, se une al grupo. Le faltan muy pocas postalillas. Y revisa rápido una por una. No encontró ninguna, pero Borja ya se ha hecho con tres de las que le faltaban. Poco a poco el grupo se hace más grande. Llega David Guede, tiene 11 años y estudia en Josefinas. Se sentó junto a Borja y Marcos y comenzaron a revisar las repetidas. Poco a poco va consiguiendo las suyas. «Déjame ver, ¡solo me faltan ocho!», dice un niño a otro. Cuando la actividad era frenética apareció Luis Arcelle. Tiene 11 años y ya ha conseguido completar el álbum. Orgulloso se acercó para sellarlo. Los que consigan todos los cromos entrarán en un sorteo de diferentes regalos. Su madre, que acudió a la cita con los repetidos para ayudar al resto, relató cómo se volvió loca para encontrar el último.

Roberto Banco es el coordinador de la iniciativa. Explicó que ha sido un éxito y destacó no solo el compromiso de los niños, sino el de los padres. «Ellos se han involucrado mucho. Es una de las cosas que más me sorprendió. Supongo que porque les recuerda a su infancia. Han sido los que de alguna manera han tirado de ellos para acabar la colección», dijo. Fueron 150 álbumes y 30.000 cromos (200 en cada álbum) los que se repartieron. Los últimos se podían adquirir en diferentes librerías de la ciudad al precio de un euro por seis postalillas. El problema radicó en que la mayoría de los chicos compró siempre en la misma zona y fue intercambiando los cromos con sus compañeros. Por eso la reunión de ayer era muy necesaria. «Nosotros ya nos habíamos cambiado entre todos los cromos. Y no conseguíamos los que nos faltaban», dijo Borja. Su madre, mientras tanto, intentaba ir colocando en los huecos los cromos que faltaban.

«Se encargaron a una empresa que hace colecciones por toda España. El único requisito era que fuera de un volumen superior a 200. Es la primera en baloncesto que se hace en Ourense», explicó Roberto Blanco. Cree que el objetivo está cumplido: «Es muy positivo porque haces club, familia y creas vínculos entre los jugadores». La iniciativa no se repetirá hasta dentro de tres años, por lo menos. Muchos completaron el álbum. Lo llevaron a casa y sus padres ya pueden descansar tranquilos.

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