Los centros de atención a la mujer responden a la falta de recursos económicos o sociales

Fina Ulloa
Fina Ulloa OURENSE / LA VOZ

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En el CIM de Ourense atendieron el pasado año a 281 personas y más de mil consultas.
En el CIM de Ourense atendieron el pasado año a 281 personas y más de mil consultas. miguel villar

La Xunta incorporará a los CIM en la coordinación del plan para la inserción laboral de víctimas de violencia de género

19 may 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

En Ourense funcionan 16 Centros de Información á Muller (CIM) que ofrecen a sus usuarias tres servicios básicos: asistencia social, apoyo psicológico y ayuda jurídica. En algunos, como el de la capital -que el pasado año atendió a 281 personas y recibió 1.283 consultas- disponen de personal administrativo que completa el cuadro de trabajadores- pero en otros, como el de O Barco, el trabajo burocrático y la elaboración de informes de cada caso o incluso la atención telefónica, recae en la responsable del centro. «A verdade é que necesitaríamos máis xente», matiza Diana Yáñez que además dirige y es también la trabajadora social del centro barquense, que es el único de la comarca y atiende a mujeres de los concellos de Valdeorras «e as veces incluso de O Bolo ou de Quiroga».

La dispersión geográfica de la población y las malas comunicaciones viarias es un hándicap añadido para el funcionamiento de los que se ubican en el rural ourensano, aunque en el de Muiños, por ejemplo, han establecido un calendario de visitas a para facilitar el acceso a todas las mujeres que puedan necesitar sus servicios. «Facémolo dende 2013, cando se firmou un convenio para atender tamén ás mulleres de Bande, Lobios e Loberia ademais das de Muiños; e antes xa íamos a Bande un día por semana porque había un punto de información para elas», matiza la responsable Iria Garrido. El objetivo, según cuenta, es dar respuesta a una realidad: «Aquí non hai un servizo regular de autobuses que una ós distintos núcleos, así que a única opción é desprazarse en coche propio, e moitas non teñen esa posibilidade».

Los perfiles de usuarias varían ligeramente en cuanto a edad y formación entre el centro capitalino, las grandes villas o los más rurales, pero muy poco en cuanto a lo que las mujeres demandan cuando se acercan a ellos. La mayoría llegan con una consulta relacionada con una situación de dificultad económica o de falta de apoyo para hacer frente a la conciliación familiar y laboral.

Eso dicen las estadísticas, aunque luego, cuando las profesionales que trabajan en estos centros escarban un poco, tras esa falta de recursos económicos o sociales que les hacen dar el paso, aparecen otras circunstancias que generalmente son el origen de la situación en la que se encuentran.

Problemas con la pareja

En la mayoría de esos casos en las entrevistas que realizan las técnicas de los CIM afloran dificultades en la convivencia conyugal -alcancen o no la catalogación o reconocimiento oficial de violencia de género- o incumplimientos de sus ex parejas con respecto a las obligaciones de manutención o de cuidados de los hijos en común. «É moi raro que directamente veñan a contar un problema de violencia ou maltrato; e no rural aínda se fai máis difícil porque hai moita máis presión social; todo o mundo coñece a todo o mundo e hai medo a que te vexan entrar ó concello e falar con alguén determinado», señala Iria Garrido.

Hasta ahora los Centros de Información á Muller ofrecían a sus usuarias, dependiendo de su situación concreta, uno o varios de sus servicios de apoyo -psicológico, jurídico o social-; pero a partir de este año también podrán ofrecerles un plan de inserción laboral de la Xunta que, según destacó ayer la secretaria xeral de Igualdade, Susana López Abella, «é pioneiro a nivel estatal». El programa está orientado a las mujeres víctimas de violencia de género y pretende ayudarlas a lograr la independencia económica como punto de apoyo para reiniciar su vida con mayor autonomía personal y autoestima.

«A falta de recursos propios, fundamentalmente dun posto de traballo, dificulta en moitas ocasións a ruptura da situación de violencia. E a loita contra a violencia de xénero e o apoio as vítimas pasa, sen lugar a dúbidas e aparte de outros recursos que temos espallados por toda Galicia, por axudalas a crear o empoderamento necesario para volver a recuperar a súa vida no ámbito laboral, que tamén é a mellor forma de que se reincorporen a vida social», señaló López Abella en el acto de presentación del programa en Ourense, que realizó ante responsables de los CIM.

El plan se apoya en itinerarios personalizados para cada caso que atienda a las diversas circunstancias personales -si tienen hijos o mayores a cargo para los que necesitan apoyo en sus cuidados, si sufren alguna discapacidad, si necesitan formación o capacitación laboral- y en el acompañamiento en la búsqueda de empleo y la realización de prácticas. Aunque el desarrollo de las distintas actividades necesarias para lograr esa inserción laboral correrá a cargo de entidades sociales sin ánimo de lucro, los CIM «van a exercer un papel de coordinación coas entidades e aportarán mulleres coas que traballan xa nos centros e que están atendendo a nivel xurídico e psicolóxico», resumía la secretaria xeral de Igualdade.

Una acción combinada que implica a entidades sociales y empresas

El programa presentado por la Xunta establece cerca de un millón de euros de presupuesto -que cofinancia el Fondo Social Europeo- al que pueden optar entidades sociales sin ánimo de lucro que presenten un programa de acción enfocado específicamente a ese objetivo de ayudar a las mujeres víctimas de violencia de género a encontrar un trabajo para lograr una mayor autonomía económica y personal. Esos proyectos, entre los que se repartirán los fondos, pueden incluir acciones para el diagnóstico de competencias y el diseño de planes personalizados, orientación profesional y asesoramiento laboral, acompañamiento en la búsqueda activa de empleo o seguimiento de la inserción. También la captación de empresas interesadas, la intermediación y el asesoramiento a los potenciales empleadores entran en las acciones previstas.