«Vigo es algo hostil, pero Ourense es una ciudad que tiene cuarto de estar»

Miguel Ascón Belver
miguel ascón OURENSE / LA VOZ

OURENSE CIUDAD

González Gurriarán posa en la plaza interior que se ve desde su casa en la calle Concordia de la capital ourensana.
González Gurriarán posa en la plaza interior que se ve desde su casa en la calle Concordia de la capital ourensana. miguel villar

José Luis González Gurriarán, ex director general de expansión Metrovacesa, disfruta su jubilación en su ciudad

24 abr 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Recordaba con tanto cariño su vida en Ourense que, cuando se jubiló, José Luis González Gurriarán no lo dudó un momento y puso rumbo a su ciudad natal. Entonces vivía en Vigo, pero se trata de una urbe «algo hostil», según relata este exdirectivo de grandes empresas, que explica que lo que más le gusta de Ourense es su carácter acogedor: «Es una ciudad que tiene cuarto de estar».

Nació en 1940 y sus primeros años los pasó en un chalé de la calle Concello que sigue existiendo, aunque ahora está tapado por otras edificaciones. Era, según dice, «la última casa, ahí se acababa Ourense». Recuerda ir a jugar al parque o incluso al embalse de Velle. Allí, en el medio del río, según explica, había un bar flotante de madera. «Aquello parecía Las Bahamas. Era una maravilla», rememora.

Pese al amor por Ourense que destila cada una de las palabras que pronuncia González Gurriarán, pasó mucho tiempo fuera de la ciudad. Pronto se marchó a estudiar y no volvió a residir en la capital ourensana de manera definitiva hasta el año 2002. Desde sus primeros pasos quedó claro que iba a tener éxito en los negocios. Cuando estaba recién licenciado, se presentó con su trabajo de fin de carrera bajo el brazo en una empresa holandesa instalada en Vigo y consiguió su objetivo. Después pasó por una empresa dedicada a las instalaciones industriales que fue la que montó parte de la planta de Citroën, entre otras muchas cosas. Una de las más llamativas fue el trabajo realizado para una firma que extraía fosfatos en el Sáhara. El problema es que coincidió con la Marcha Verde y tanto él como el resto de trabajadores tuvieron que retirarse sin poder terminar. Tras alguna otra etapa más en su carrera, aterrizó en Metrovacesa, una firma dedicada a la construcción, especialmente de oficinas y de los centros comerciales más grandes que tuvo España. Llegó a ser director general de expansión de la firma y sus últimos años fue su delegado en Vigo.

Desde allí fue de dónde llegó a la ciudad para disfrutar de su jubilación. Le gusta el golf, pasear y encontrarse con sus amigos en la tertulia. Allí entre todos arreglan Ourense y el mundo.

quién es

Edad. Nació en 1940 en Ourense.

Profesión. Fue directivo de grandes empresas hasta que se jubiló en el año 2002.

Su rincón. Elige la plaza interior que se encuentra entre la calle Concordia y el Paseo porque se ve desde su casa, aunque le encantan las zonas verdes de Ourense, especialmente los márgenes del río y los montes que rodean la ciudad

Sobre la estación del AVE: «Quieren hacer una catedral y lo que hay que hacer es un negocio»

Como experto que fue en construcción y urbanismo, el tema de la estación del AVE le apasiona a José Luis González Gurriarán. Critica a quienes defienden por encima de todo que tiene que realizarse el proyecto de Norman Foster porque a su juicio eso no es lo importante que se puede conseguir con esa nueva infraestructura. «Quieren hacer una catedral y lo que hay que hacer es un negocio», resume el ejecutivo jubilado, que tampoco entiende de donde salió el «invento» del soterramiento. A su juicio, lo que habría que hacer es tapar la nueva estación y aprovechar el espacio que quedaría por encima de ella. Ese modelo, según dice, es el que se planteó para Chamartín, en Madrid, con un millón de metros cuadrados de viviendas, dos de oficinas, colegios, jardines, etcétera.

González Gurriarán cree en la iniciativa privada para el progreso de la sociedad y por eso lamenta la inacción de muchos ourensanos, los que esperan que vengan otros a solucionarles los problemas. «No son los políticos los que van a hacer las cosas», advierte.