Abrazos y aplausos para un ex policía

La Voz OURENSE

OURENSE CIUDAD

Amplia representación. El subdelegado del Gobierno, Roberto Castro; el jefe superior de Galicia, Manuel Vázquez; el parlamentario Luis García Maña; el vicepresidente de la Diputación, Rosendo Fernández, el alcalde, Jesús Vázquez; la delegada de la Xunta, Marisol Díaz; el delegado de Defensa, Ramón Rey, y el presidente de la Audiencia, Antonio Piña, con el homenajeado en el centro.
Amplia representación. El subdelegado del Gobierno, Roberto Castro; el jefe superior de Galicia, Manuel Vázquez; el parlamentario Luis García Maña; el vicepresidente de la Diputación, Rosendo Fernández, el alcalde, Jesús Vázquez; la delegada de la Xunta, Marisol Díaz; el delegado de Defensa, Ramón Rey, y el presidente de la Audiencia, Antonio Piña, con el homenajeado en el centro. santi m. amil

El ex comisario Amable Valcárcel, homenajeado después de 44 años de servicio

15 abr 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Nada frenó el previsto acto de reconocimiento al ex comisario jefe del Cuerpo Nacional de Policía en Ourense, Amable Valcárcel. Ni la sombra de delicados acontecimientos del pasado reciente, ni el luctuoso episodio del sábado. Solo el subdelegado del Gobierno, Roberto Castro, añadió una puntual referencia a las palmadas y los aplausos que los asistentes llevaban preparados. Fue un apunte breve, pero el único, después de las palabras del secretario de la comisaría, Juan Sardiña, y del propio homenajeado. «Es esta una semana en la que se nos ha encogido a todos el corazón, especialmente a la gran familia de la Policía Nacional de Ourense», arrancó Roberto Castro, que, como dijo, «no puedo dejar de recordar» al fallecido. «A pesar del dolor de sus amigos por esa pérdida, hemos de enjugar la humedad de nuestros ojos para mirar al futuro con esperanza», añadió.

Precisamente por las excepcionales circunstancias que concurren en la actividad de la comisaría, con una presencia casi permanente de efectivos de Asuntos Internos desde hace ya varios meses, la despedida de Amable Valcárcel reafirma que la figura del ex comisario se encuentra por encima de diferencias, de dudas y de sospechas.

Que entre sus superiores y compañeros no existen recelos sobre él, sino un pleno respaldo, lo deja clara la presencia del actual jefe superior de Galicia, Manuel Vázquez López, junto con sus antecesores, incluido Luis Manuel García Mañá, con quien compartió responsabilidad en una de las etapas de máxima consideración y respeto a la acción policial en Ourense.

Roberto Castro, el subdelegado del Gobierno, estaba en el acto. Pero también sus antecesores, tanto los populares Rosendo Fernández y Jesús de Juana, como el socialista Camilo Ocampo.

En la base, entre sus compañeros, más allá de la cadena de mando, también era apreciado. Y se notó. No solo acudieron funcionarios en activo, sino en segunda actividad y jubilados. Fueron muchos años los que pasó en Ourense Amable Valcárcel. Llegó en 1982, diez años después de haberse incorporado a la policía como inspector en Barcelona en 1972.

Significativa también la amplia representación del ámbito judicial, con el presidente de la Audiencia, Antonio Piña, al frente. Y aunque un despiste de organización, que asumió el secretario de la comisaría, dejaba sin mesa al juez decano cuando llegó al restaurante, con los consiguientes instantes de zozobra, la situación se recondujo. Al tratarse del magistrado que instruye alguno de los asuntos más espinosos de los que afectan a miembros de la plantilla policial, la situación resultó más incómoda de lo normal. El propio homenajeado se vio obligado a intervenir para acabar con el desajuste.

Con representantes de la policía local, de la unidad adscrita de la Policía Autonómica y de la Guardia Civil, el alcalde Jesús Vázquez también acudió a un acto que en el que una representación del mayoritario Sindicato Unificado de Policía (SUP) hizo también entrega de varios obsequios a quien hasta hace diez días era el jefe. Teniendo en cuenta las duras críticas con las que esta organización despidió al anterior comisario jefe de Ourense, la presencia y la actitud sindical adquiere otro valor.

«Quiero intentar devolverle , con el mayor de los agradecimientos, al menos una mínima parte de sus desvelos al servicio ejemplar de nuestro país. Seguramente no seré justo ni preciso en los elogios que merece», dijo el subdelegado del Gobierno, por lo que, según sus propias palabras, huyó del «riesgo de pronunciarlos», para «acentuar en nombre de todos la palabra gracias».