Cuando la gestión se limita a Zerolo

Rubén Nóvoa Pérez
Rubén Nóvoa CRÓNICA CIUDADANA

OURENSE CIUDAD

31 mar 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Ahora que en Ferrol su gobierno de nueva política ha puesto de moda las mociones que no arreglarán la vida de sus vecinos con la propuesta de un plebiscito sobre la Monarquía, cabe preguntarse el verdadero papel que juegan los plenos. Ourense no es una excepción de la deriva que ha tomado una sesión que antes marcaba el ritmo de la gestión de los políticos locales. Los cambios en la normativa, el mayor peso de las juntas de gobierno y la ausencia de mayoría absolutas las han convertido más en un foro de debate que de gestión. No hay más que ver el orden del día del pleno de mañana, viernes, en el Concello de Ourense. Si la oposición no presentara sus mociones, la reunión apenas duraría cinco minutos. Lo que tardase el alcalde en aprobar el acta de la sesión anterior y en poner en conocimiento de los concejales resoluciones de trámites varios. Y es que la parte resolutiva se ciñe, al margen de las propuestas del resto de grupos, a la incoación del expediente de honor a favor de Pedro Javier González Zerolo. Ese es el único aporte que realiza el gobierno a la sesión que, todo hay que decirlo, es además en cumplimiento de una moción presentada por el PSOE.

A partir de ahí llegan una retahíla de mociones de Democracia Ourensana, PSOE y Ourense en Común. Como todos ya saben (y Jácome se ha encargado de recordarlo exprimiendo su argumento hasta casi el ridículo) se trata de acuerdos que no son vinculantes. Vamos, que nada ni nadie podrá reprochar -más allá del lenguaje político- si en la sesión del viernes se aprueban las mociones sobre la apertura de la plaza de Abastos de A Ponte, la dotación de más personal a la Policía Local o la construcción de un aparcamiento en Os Remedios y luego no se ejecutan. Esas votaciones, además, ni tan siquiera representarán la verdadera postura de los representantes de los ciudadanos, toda vez que DO ya ha dicho que mantendrá su política de abstenerse en las mociones no vinculantes, aunque esté a favor. Si metemos todo esto en una coctelera, el resultado es un combinado rebajado de trascendencia hasta el infinito y que viene a dejar los plenos municipales en un mero entretenimiento para los concejales que, de paso, se llevan una pequeña tajada, en caso de no tener dedicación exclusiva. Mientras tanto, las decisiones verdaderamente trascendentes para la ciudad se seguirán tomando en las juntas de gobierno, donde no está representada la mayoría de la ciudad. Es algo que permite la normativa, pero desde luego no es el mejor de los escenarios cuando los ciudadanos demandan consensos y un debate público que los plenos se vacíen de chicha hasta el punto de que Pedro Zerolo sea la única gestión.