«Es fundamental advertir a los peatones del riesgo que corren»

pepe seoane OURENSE / LA VOZ

OURENSE CIUDAD

<span lang= es-es > </span><span lang= es-es >Fácil de resbalar</span>. Zonas como la de imagen -del reciente fin de semana- ofrecen un escenario apropiado para una caída, como el episodio de enero del 2014 que ahora cuesta 4.000 euros al Concello de Ourense, por el deficiente mantenimiento y adecuada señalización de la ruta peatonal.
Fácil de resbalar. Zonas como la de imagen -del reciente fin de semana- ofrecen un escenario apropiado para una caída, como el episodio de enero del 2014 que ahora cuesta 4.000 euros al Concello de Ourense, por el deficiente mantenimiento y adecuada señalización de la ruta peatonal.

Una sentencia censura que en el paseo del Loña no hubiera hace dos años «ni una señal de advertencia de peligro». Sigue igual.

22 mar 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Que el Concello de Ourense tendrá que pagar 4.000 euros a una mujer que sufrió un resbalón y una caída en el paseo peatonal del Loña, consecuencia de la mala conservación, ya lo saben los lectores de La Voz de Galicia por una información publicada ayer. Que el mantenimiento de esta senda es notablemente defectuoso es algo que también saben los usuarios de este paseo, que, como dice Jorge Ruiz, un habitual de este tramo, constatan día a día el descuido en el que se encuentra. Sin ver soluciones.

Al margen de los fundamentos de derecho que el juez aporta al caso concreto zanjado con una indemnización a favor de la perjudicada, la sentencia del Juzgado de lo Contencioso Administrativo número 1 de Ourense pone el dedo sobre aspectos relevantes. La caída a la que se refiere a la sentencia se produjo en enero del 2014. «No existía -dice el juez- al inicio del camino una señal de peligro advirtiendo del carácter resbaladizo del pavimento». Bien pasados dos años, la situación se mantiene igual.

Zona sombría

Al discurrir por una zona sombría, próxima al cauce del río, con una vegetación frondosa, es fácil que aparezcan musgos, con lo que en un día lluvioso se incrementa el riesgo de caídas, según razona el magistrado, con una lógica incontestable. Y añade, precisamente en consonancia con esas circunstancias, que «es fundamental advertir a los peatones del riesgo que corren, con la correspondiente señal vertical triangular de peligro».

Apunta el juez Francisco de Cominges, además, a la necesidad de cuidar esta vía peatonal, pues, hasta el colegio de Mende, «la alternativa, para los peatones, es la rúa de Mende, que es estrecha y peligrosa, pues carece en buena parte de aceras».

Un usuario de esta vía, Jorge Ruiz, constata y corrobora todos los puntos que incluye la sentencia, sobre todo en cuanto al riesgo y al suelo resbaladizo, a la ausencia de iluminación, a la necesidad de desbrozar ese entorno y a una mayor atención en general. Con la particularidad de que, a su juicio, «es uno de los paseos más bonitos que hay alrededor de Ourense y es bellísimo, pero da pena a veces venir por aquí, porque no está en condiciones; sobre todo con el mal tiempo se estropea muchísimo».

Contraste con el Miño

Las láminas sueltas de las pasarelas, con musgo y hojas para aumentar la inestabilidad de los peatones, sumado al deterioro de muros y cierres en algún tramo, sin que tampoco se hayan ramas caídas durante las últimas jornadas de lluvia y temporal, suman un cuadro que no es precisamente el más atractivo. Y todo ello, además, en unos días de gran ajetreo y movilización de medios para adecentar y acabar de recuperar los paseos del Miño, entre Velle y Outariz, en ambos márgenes, que son los más frecuentados en el día.

El del Loña, mientras, no solo no avanza, sino que incluso cuesta dinero a las arcas municipales a causa de su abandono.

Descuidado. La imagen es actual, pero ya en octubre del 2014 reconocía el mal mantenimiento el jefe de servicio municipal de medio ambiente.

Necesidad de mejoras. Usuarios como Jorge Ruiz, de frente en la imagen, echan de menos una adecuada iluminación en este espacio.