Hace algo más de cuatro años el gobierno del PSOE en Madrid resolvía un concurso para la construcción de la estación del AVE en Ourense. Lo ganó (vaya sorpresa) Norman Foster, que unos años antes había accedido a hacerse la foto con Paco Rodríguez y mostrar su interés por el proyecto, en deferencia a las raíces ourensanas de su mujer. Fue un paso en falso, ya que el gobierno socialista se encontraba ya en funciones y en pleno traspaso de poderes al PP de Rajoy. Ana Pastor tardó muy poco en asegurar que aquel proyecto no iba con ellos, por aquello del despilfarro en tiempos de crisis. Ahora parece repetirse la historia. Tras un mandato con mayoría absoluta sin pasos visibles sobre la estación -las únicas noticias sobre el proyecto se conocen a través de la prensa y no del BOE- al PP le han entrado las prisas por querer blindar la estación intermodal. No es cuestión de especular con lo que sucederá en Madrid, pero no hace falta ser un lince para intuir que cualquiera que sea el desenlace no será un escenario positivo para el proyecto de la estación ourensana. Si Rajoy tiene que dejar la Moncloa será difícil que cualquier otro presidente se sienta obligado a cumplir con un convenio que se firmó por un gobierno en funciones. Si se mantiene el PP tendrá que ser de la mano de otros partidos y también es conocido que el aliado más probable (Ciudadanos) ha dejado claro que lo del AVE a Galicia no va con ellos. Si se repiten las elecciones, de entrada habrá un retraso. Vamos, que uno tiene la sensación de que a Ourense se le escapa otro tren. Y por desgracia van ya unos cuantos.