Mestizaje cultural en el campus

Marta Vázquez Fernández
marta vázquez OURENSE / LA VOZ

OURENSE CIUDAD

MIGUEL VILLAR

Veintiún alumnos de países de todo el mundo se incorporan a las aulas de la capital

27 ene 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

A pesar de ser un campus pequeño en una ciudad poco conocida en el panorama internacional, el recinto universitario de Ourense también tiene su punto atractivo para estudiantes de todo el mundo. Prueba de ello son los 21 jóvenes recién llegados de países como Lituania, Vietnam, Brasil o Argentina, que estos días se incorporan a las aulas universitarias para continuar durante los próximos meses los estudios que comenzaron en sus lugares de origen. Y aunque todos llevan ya algunos días en la ciudad de As Burgas, ayer vivieron su primera toma de contacto con el entorno académico local.

De la mano de Eva Garea, la técnico de relaciones internacionales de la Universidad de Vigo, y de responsables de distintos servicios, los estudiantes conocieron detalles sobre las actividades que pueden desarrollar en el campus, los cursos con los que pueden mejorar su formación e incluso la atención psicológica que está a su disposición por si necesitan ayuda para adaptarse a una ciudad que en ocasiones ha resultado demasiado lluviosa.

No parece, por ahora, que eso les inquiete. «Llegué el miércoles pasado y todavía no conozco mucho, pero lo que he visto de Ourense me ha encantado», asegura Mercedes Martinengo, una joven argentina que a sus 24 años ha decidido cruzar el charco para estudiar Turismo y de paso conocer la tierra de sus antepasados gallegos. «Me hacía ilusión conocer esta tierra, creo que va a ser una experiencia emocionante», asegura.

La primera preocupación, nada más llegar, es el alojamiento, pero los más afortunados, los que ya conocen a gente en Ourense, se alojan al principio con esos amigos. Es el caso de Djonathan Ribeiro, un brasileño de 20 años que aprovechó un convenio entre su universidad y la de Vigo para viajar. Ahora se incorpora a la facultad de Geografía e Historia. «Me interesa mucho esta ciudad y sé que esta experiencia va a servir para mejorar mis conocimientos y ampliar mi cultura», explica.

Ni él ni Mercedes tienen problemas con el idioma pero no todos están en esta situación. A Justas Valantinavicius, lituano de 23 años, le está costando soltarse con el castellano y aunque describe a los lugareños como «muy simpáticos» lamenta que «no hablen en inglés». Ha llegado a la ciudad con otro compañero y ambos se van a incorporar a la escuela de Ingeniería Informática.

Eso sí mientras no se hagan con la lengua, tendrán profesores que les darán clases en el idioma de Shakespeare y, para cualquier problema que le surja, todos ellos contarán con el apoyo de la asociación ESN (Erasmus Student Network), un grupo integrado por ex alumnos del programa internacional que ayuda a los recién llegados con la búsqueda de alojamiento, los desplazamientos o los profesores. Y también organizan fiestas.

Tras las últimas incorporaciones, el campus acoge en estos momentos a 49 estudiantes foráneos. Entre sus nacionalidades destacan México, con doce jóvenes e Italia y Francia, con cinco cada una. También aportan alumnos países como Lituania, Polonia, Argentina, Portugal, Colombia, Alemania, Bélgica, Finlandia, Turquía, Vietnam, Brasil y República Checa.