El comisario jefe ve como calumnias las acusaciones a policías de Ourense

p. seoane OURENSE / LA VOZ

OURENSE CIUDAD

Santi M. Amil

Amable Valcárcel defiende la «honradez y profesionalidad» de los investigados en la operación que descabezó el grupo de estupefacientes

14 ene 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Al comisaría jefe de policía de Ourense, Amable Valcárcel, le duele «la falta de profesionalidad e integridad» de quienes, al amparo del anonimato, han dado un más que evidente golpe a la credibilidad de la policía. Y más aún, según reconoció ayer, por el hecho de que esos anónimos salieran de la propia plantilla. El máximo responsable del Cuerpo Nacional de Policía en Ourense no encuentra motivos para dudar «de la honradez y la profesionalidad» de los cuatro funcionarios del grupo de drogas de la comisaría que el pasado mes de noviembre adquirieron la condición de sospechosos. Son dos asuntos diferentes, el de la desaparición de armas de fuego desde el verano del 2014 y las imputaciones de connivencia entre policías y traficantes, también canalizada por la vía del anonimato, pero al final acabaron convertidos en un único caso.

Es una deslealtad y se trata de mentiras y calumnias, de acuerdo con la impresión que ayer transmitió Amable Valcárcel. El comisario -cuya valoración supone un respaldo a los integrantes del desmantelado grupo de estupefacientes- se mostró prudente, no obstante, pues, como subrayó, el asunto está en fase de investigación. Por un lado, aún se trabaja puertas adentro para intentar aclarar «quien está detrás». Por otro, en el ámbito judicial están abiertas unas diligencias penales cuyo rumbo marca el juez instructor, Leonardo Álvarez, a quien siguen aportando información los efectivos de la unidad de asuntos internos que permanecen en Ourense desde que el pasado día 10 de noviembre llegaron para detener a dos de sus compañeros, implicar a otros dos y, de paso, detener a otras varias personas en una operación vinculada al tráfico de drogas. Aparecieron más de siete kilos de distintas sustancias y dos armas ilegales, pero ninguna de las desaparecidas de la comisaría.

Se celebró ayer el aniversario de la creación de la policía en el año 1824. No estaba el día para festejos. Casi a la misma hora declaró ante el juez la agente de policía que hasta noviembre formó parte del grupo de estupefacientes y ahora, junto con otros tres compañeros, tiene la condición de sospechosa a partir de un anónimo que salió de la propia comisaría y que sirvió como base para una investigación de la unidad de asuntos internos.

El comisario jefe, siempre comedido, no dejó de referirse al asunto que ha «empañado» el trabajo del último año, en el que los buenos datos estadísticos han quedado sin brillo a la sombra de unas sospechas que, alentadas desde dentro, dieron lugar al desmantelamiento del equipo dedicado a la lucha contra el narcotráfico, con la imputación de cuatro de sus seis miembros.

La denuncia anónima de la desaparición de seis armas en el verano del 2014 provocó una tormenta cuyo alcance no ha dejado de crecer. «Os anónimos son calumnias, pero non podo decir máis, posto que estamos investigando», dijo Valcárcel.

Las armas desaparecidas no están en el mercado ilícito, ni se han utilizado para cometer delitos, ni los policías detenidos traficaban con drogas, ni había un «grupo organizado», según resume el comisario. Las acusaciones, afirma, son «mentira». Lo único que se ha demostrado, resumió ayer, «es que pudo haber alguna irregularidad en el manejo de confidentes en el tema del grupo de estupefacientes». Que haya habido una mala praxis en el manejo de confidentes es algo posible, siempre discutible, pero no «para dudar de la honradez y la profesionalidad de esos funcionarios». Pide tiempo.

El comisario jefe cree, además, que si se miraran con lupa todas las actuaciones de todos los grupos policiales dedicados a la lucha contra el tráfico de drogas «se detectaría» que en muchas ocasiones se bordea el límite. «Os confidentes son unha ferramenta que temos para conseguir éxitos en temas de drogas».

Reconocimiento al servicio y la integridad

Presidió el Subdelegado del Gobierno, Roberto Castro, el acto de entrega de diplomas por los años de servicio a funcionarios en activo, jubilados o en segunda actividad. Tuvo en su intervención palabras de cariño hacia el comisario, Amable Valcárcel, a quien reconoció «su labor ejemplar, leal y entregada» al bienestar ciudadano, con humildad, limpieza y sinceridad en su trayectoria. foto santi m. amil

La última agente de estupefacientes niega que hicieran la vista gorda con los confidentes

Declaró ayer la cuarta persona del desmantelado grupo de estupefacientes que tiene la condición de imputada. Le pusieron grabaciones de conversaciones telefónicas intervenidas y seleccionadas por la unidad de Asuntos Internos, que durante meses tuvieron bajo control un total de trece teléfonos. Según fuentes próximas al caso, la funcionaria reconoció su voz, admitió las conversaciones, aclaró que ganarse la confianza la los confidentes es fundamental, por lo que el sentido de las conversaciones puede resultar equívoco, si se descontextualiza. Afirmó, además, que no habían hecho la vista gorda con esos mismos confidentes para que estos pudieran cometer otros delitos.

Las declaraciones han dejado de manifiesto que entre el anterior número dos del grupo de estupefacientes -que lo había abandonado poco antes de que explotara el caso- y el ex jefe existían diferencias por actuaciones anteriores, correspondientes a la etapa en la que este último aún no había asumido el mandato del grupo y desde otra unidad también actuaba cuando correspondía frente al tráfico de drogas. En contra de la impresión que Asuntos Internos maneja, en el sentido de que este actuaba por libre, otras declaraciones mantienen que daban cuenta de su intervenciones a los comisarios y que los jefes de la comisaría estaban al tanto.