Los centros que Baltar quiere compartir con el Concello tienen 148.000 usuarios

Miguel Ascón Belver
miguel ascón OURENSE

OURENSE CIUDAD

El Principal tiene una programación cultural estable.
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Además de su actividad ordinaria, esos espacios son cedidos a otras entidades

13 ene 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Es un proyecto que José Manuel Baltar tiene en mente desde que asumió la presidencia de la Diputación ourensana. «El Teatro Principal presta servicios fundamentalmente en la ciudad de Ourense y no debe ser el centro de actuación de esta Diputación. Y lo mismo con el Centro Cultural y el Pazo dos Deportes», decía ya en el año 2013 en una entrevista en este periódico. El presidente prometió para este mes una nueva fórmula de gestión para esos espacios y el lunes explicó que desea que el Concello de Ourense colabore en el sostenimiento económico de esos centros culturales y deportivos. Esa medida afectaría a unas infraestructuras de las que, según datos de la propia institución provincial, se benefician 148.000 usuarios.

Así figura en la Carta de Servizos de la Diputación, en la que se detallan también las actividades que se llevan a cabo en cada una de esas instalaciones, actualmente de titularidad exclusivamente de la Diputación. El Teatro Principal -que sí contó en su momento en su patronato con la presencia del Concello de Ourense- recibe unos 15.000 espectadores al año en su programación estable de teatro, danza, música, magia y espectáculos para niños. Además, el centro se compromete a atender el 100 % de las peticiones de cesión gratuita formuladas por entidades sin ánimo de lucro para la organización allí de todo tipo de actos culturales o benéficos.

Otro espacio para el que Baltar espera la ayuda económica del Concello de Ourense es el Centro Cultural Marcos Valcárcel (conocido popularmente como edificio Simeón). Sus salas de exposiciones son su principal atractivo, con un número de visitantes que ronda las 25.000 personas al año. Su salón de actos atiende, además, el 95 % de las peticiones externas para realizar conferencias, a las que asisten en torno a 10.000 ciudadanos anualmente. A todo ello habría que añadir las 3.000 personas que se prevén cada año en la exposición permanente de trenes y los usuarios de la biblioteca y de los talleres formativos que allí se imparten. También existen dependencias administrativas en el inmueble.

Por lo que respecta al Pazo dos Deportes Paco Paz, el compromiso actual de la Diputación supone su apertura el 92 % del año para actividades físico-deportivas dirigidas (escuelas, gimnasio, programas de fitness y otros servicios complementarios). Además, recibe 45.000 visitantes anuales para entrenamientos y competiciones de federaciones, clubes y entidades deportivas y otros 50.000 espectadores de eventos culturales, recreativos y deportivos. Desde hace veinte años se celebra allí, por ejemplo, Pazolandia, un parque de atracciones navideño que en su última edición recibió hasta hace unos días a cerca de 35.000 personas.

Entre las actividades más destacadas del pabellón está el hecho de ser el lugar donde juega el equipo de baloncesto de la ciudad, el COB, en cuyo accionariado participa también la Diputación ourensana. En previsión del ascenso a la ACB, aplazado finalmente al próximo curso, la institución hizo obras de mejora allí.

La compleja relación Ayuntamiento-Diputación

Un breve repaso a la historia reciente de las relaciones entre el Ayuntamiento y la Diputación revela que no siempre el hecho de ser gobernadas por el mismo partido es sinónimo de una convivencia sin sobresaltos. Ahora, con el PP al frente de ambas instituciones, el presidente provincial, José Manuel Baltar, pide al Concello colaboración económica para sufragar los gastos de sus espacios culturales y deportivos, pero el alcalde, Jesús Vázquez, no considera esa acción prioritaria.

Esa diferencia de criterio está, no obstante, muy lejos de ser tan problemática como la que enfrentó en el año 2000 a los entonces responsables de esas dos instituciones, también ambos del PP. La crisis que en aquel momento vivía el COB forzó un rescate que asumió en solitario la Diputación pese a que, según dijo su presidente, José Luis Baltar, el alcalde, Manuel Cabezas, se había comprometido a compartir ese desembolso. Como represalia, la entidad provincial se negó a pagar los 240.000 euros que debía al Concello por unas obras ejecutadas en el campo de fútbol de Oira.

Ese problema siguió afectando a las relaciones entre ambas instituciones cuando, a partir del año 2007, el Ayuntamiento pasó a tener un gobierno bipartito de PSOE y BNG (continuado en solitario por los socialistas a partir del 2012). El nuevo ejecutivo local reclamó el pago de esos 240.000 euros de Oira y la Justicia le dio la razón. Además, el Concello tensó la situación retirando los fondos municipales al parque navideño de atracciones de Pazolandia y saliendo del patronato del Teatro Principal. De nuevo, hubo respueta y Baltar padre decidió, entre otras cosas, dejar de colaborar con el festival internacional de cine (OUFF).

Todo cambió con la llegada de su hijo a la presidencia de la Diputación. José Manuel Baltar renunció a la vieja deuda del COB, volvió al OUFF y estableció un comité de cooperación con el Ayuntamiento que logró, por ejemplo, desbloquear un plan municipal de obras de 1,3 millones de euros.