Una encuesta del Consejo General de la Abogacía indica que no es precisamente positivo el sentir general sobre el funcionamiento de la justicia. Sin acudir al famoso y grosero cachondeo, se hace referencia a que es difícil de entender para el ciudadano medio y, entre otras cosas, a que no sirve de nada ganar un pleito, pues, citando un resumen del CGAE sobre su barómetro, una sentencia se asemeja a papel mojado, ya que, o no se cumple, o se cumple tarde y mal.
Se conoció esta misma semana la resolución de la Audiencia Provincial de Ourense que absuelve a la alcaldesa de Melón, a una empleada municipal y a un vecino. A este último se le acusaba de no haber cumplido los trabajos en beneficio de la comunidad que había aceptado como pena por un delito contra la seguridad del tráfico. A la regidora y a la funcionaria se les atribuía una falsedad documental por haber firmado y tramitado las hojas de registro de control de esos trabajos. La sala considera que la acusación se basó en una prueba obtenida de forma incorrecta, al haberse invadido el derecho a la intimidad del penado. Y absuelve.
Llama la atención, sin embargo, cómo la sentencia declara que el penado incumplió una jornada y en otras cinco no se ajustó al horario fijado. Debía ir de nueve de la mañana a dos de la tarde, pero hacía calor, según explicó en el juicio, por lo que, según él, hizo los trabajos a otra hora. Para algunas cosas, buen rollo, pero como el ciudadano se retrase un día en el pago de un impuesto, recargo al canto. (Entiéndase esto último como cuestión general, no específica de este municipio ourensano).
Dice la Audiencia que por parte del penado se ha ejecutado el plan de cumplimiento de condena «concurriendo notorias incidencias». Y que el Concello de Melón «no desarrolló actividad alguna de control sobre el cumplimiento de la pena». Sin que, añade la misma sentencia, «tampoco por el Servicio de Gestión de Penas y Medidas Alternativas se efectuase actividad alguna de control o se requiriese del Concello la realización de actividad de comprobación del cumplimiento de horarios o realización del trabajo».
Más aún. «No corresponde a este tribunal sustituir la decisión que en su día adoptó el juez de vigilancia penitenciaria declarando ejecutada la pena, y más cuando no se ha desprendido con notoriedad -de la prueba practicada a la que se ha dado validez- la existencia de un quebrantamiento de condena».
Es un asunto particular y es caso juzgado, a expensas de un eventual recurso, pero la Audiencia ha puesto en evidencia un notable desajuste en el cumplimiento de los trabajos en beneficio de la comunidad. Aquí y allá. Ni control ni comprobaciones. Ni, que se sepa, consecuencias.