Empresas dedicadas a otras actividades comienzan a interesarse por un negocio que está en plena expansión
02 dic 2015 . Actualizado a las 10:28 h.Aunque no es una de las actividades principales para la economía ourensana, el sector de la aeronáutica genera cada año beneficios superiores a los 46 millones de euros. Se trata de una cantidad que proviene fundamentalmente del trabajo de dos empresas, pero esa cifra podría dispararse en los próximos años por la creciente demanda de aviones que está viviendo el mercado. Se trata de un negocio atractivo al que no son ajenas otras firmas de la provincia que, al hilo de las positivas previsiones del sector de la aeronáutica, están comenzado a dar algunos pasos para introducirse en ese ámbito.
«Hay una previsión de que el aumento anual de pasajeros de las líneas aéreas sea de un 5 % durante los próximos veinte años y las grandes compañías prevén construir hasta el 2033 entre 30 y 35.000 aviones, entre los que se encontrarían 2.500 regionales», explica Jorge Blázquez, director técnico de la empresa Hispamoldes, con sede en el Parque Tecnológico de Galicia, recinto desde el que operan todas las empresas ourensanas relacionadas con la aeronáutica. Ante estas optimistas previsiones, la firma acaba de integrarse en el consorcio Udega (Unión de Empresas de Aeronáutica de Galicia) con la intención de convertirse en proveedor de los principales fabricantes de aviones, como Boeing, Embraer, Airbus o Bombardier. «Disponemos de la maquinaria para hacer cualquier tipo de mecanizado, también para aeronáutica», explica Blázquez. Todos los pedidos a Hispamoldes, que ya ha realizado bastidores para aeronaves, se canalizarán a través del consorcio y prevén incrementar un 5 % la facturación con este nuevo negocio.
Extinción de incendios
Egatel, una firma relacionada con las telecomunicaciones, es otra de las empresas que comienza a meter la cabeza en el mundo de la aeronáutica. «Unha das liñas estratéxicas polas que está apostando Egatel dentro da súa política de diversificación é o desenvolvemento de produtos orientados ao sector aeroespacial», explica Javier Taibo, gerente. Asegura que dentro de esa estrategia está la participación en un proyecto para detectar y extinguir incendios forestales utilizando UAVs (vehículos aéreos no tripulados). Otra apuesta decidida es el desarrollo de un equipo para comunicaciones por satélite. Este proyecto ya se está desarrollando en los laboratorios de la firma.
Más años lleva en el campo de la aeronáutica la empresa Laddes Works, de cuya nave ourensana -con una plantilla de doce trabajadores- salen piezas para los Airbus 330 y 320, que se montan en la ciudad francesa de Toulouse. «Lo que hacemos son composites y mecanizados para composites», explica José Ramón Des, gerente de la firma, entre cuyos clientes se encuentran Aernnova o Alestis. Asegura Des que «el sector tiene buenas perspectivas y lleva años en expansión, con un incremento del negocio anual de entre el 5 y el 10 %». Por ahora, ellos están facturando un millón de euros al año. «Aquí todo es valor añadido», apunta.
Mucho mayor es el tamaño, y también la facturación, de la firma Coasa, filial de Aernnova, que tiene 350 empleados y facturó el año pasado 45 millones de euros con sus piezas para Airbus o Embraer. A partir del mes de enero, la compañía, un referente ourensano y gallego en el sector, fabricará además los alerones del Airbus A380, la aeronave más grande del mundo, con lo que el mantenimiento de la plantilla está asegurada a corto y medio plazo, según destacan desde la propia empresa, con Yago Fontán como gerente. Toda la producción que sale de la nave se comercializa en países como Francia, Alemania o Brasil. En este último país, el cliente de Coasa es Embraer un fabricante que figura ya como el tercero del mundo.
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Y aunque por ahora el número de empresas que se encuentran en el sector de la aeronáutica supone aún un porcentaje muy pequeño, la puesta en marcha de un grado de Ingeniería Aeroespacial podría hacer que, en unos años, surjan nuevas ideas de negocio en este ámbito y, por tanto, una nueva fuente de riqueza. La titulación es la principal apuesta de la Universidad de Vigo para el campus de Ourense y actualmente evaluadores externos están analizando su plan de estudios. En última instancia será el Consello Galego de Universidades, que preside el Conselleiro de Educación, el que tiene la última palabra. La intención es implantarlo en el 2016.