«La enfermedad del nervio pudendo es incapacitante; no te puedes sentar»

María Cobas Vázquez
MARÍA COBAS O BARCO

OURENSE CIUDAD

CAPOTILLO

Pionera en operar esta dolencia en España, hablará de ello hoy en Ourense

19 nov 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

La Academia Médico-Quirúrgica ha organizado para esta tarde (a las 20.00 horas, en el salón de actos del colegio oficial de médicos en Ourense) una sesión científica a cargo de María Teresa García Martínez (Ourense, 1979). Cirujana en el Hospital Comarcal de Valdeorras, disertará sobre Neuralgia pudenda: la realidad de una patología poco conocida.

-Ya lo dice el título, ¿qué dolencia es esa?

-Es una enfermedad poco conocida. Lo que le pasa a los pacientes es que no pueden sentarse porque se irrita un nervio, el pudendo, y les provoca un dolor en la zona del ano, el perineo, los genitales... Más que un dolor son sensaciones dolorosas, de agua hirviendo, de electricidad, de calambre...

-¿Cómo se descubrió?

-Fue en el Tour. Había un médico, el profesor Robert, que empezó a ver que había muchos ciclistas que decían lo mismo, que tenían dolor en la zona genital y calambres... Y que se les pasaba de noche. Empezó a buscarle una explicarle científica al dolor, y descubrió que el nervio se atrapaba en su recorrido, en una especie de túnel anatómico llamado canal de Alcock. Y con la cirugía, conseguía liberar el nervio. Su técnica es pionera.

-¿Se libera el nervio?

-Sí, la cirugía es de liberación. Lo que ocurre es que cuando un nervio se daña, no se recupera totalmente, solo parcialmente. La cirugía más que curar, mejora la calidad de vida.

-¿Cómo influye la enfermedad en la vida de los pacientes?

-No pueden ir al cine, no pueden coger el coche, no pueden comer con su familia en la mesa... Es incapacitante; no te puedes sentar. Entre el dolor y tener que estar de pie para que no duela, cuando llegan las seis o las siete de la tarde ya no pueden más. Muchos no pueden trabajar porque la mayoría de los trabajos requieren estar sentados, y los pacientes encuentran alivio estando de pie o tumbados boca abajo. Además, las autoridades públicas no conocen la enfermedad y tienen muchos problemas para conseguir bajas o incapacidades. Y es también un drama para los familias, porque no entienden el dolor que tienen. Además, hay médicos que como no encuentran nada, los mandan al psiquiatra.

-Suena desesperante eso de acabar en el psiquiatra por una dolencia física...

-Es horrible. He tenido pacientes con intentos de suicidio, porque nadie les cree.

-¿Por qué es tan difícil el diagnóstico?

-Porque es una patología muy poco frecuente y sin embargo los dolores pélvicos crónicos son muy frecuentes. La prueba es un diagnóstico por descarte. Hay que descartar que no haya otra enfermedad como hemorroides, fisuras, un tumor... Cuando ya hemos descartado otras posibles causas y el paciente cumple los criterios clínicos de Nantes, le hacemos la única prueba que tenemos, la infiltración del nervio pudendo guiada por TAC. Si ahí el paciente nota mejoría del dolor, consideramos que es positivo el diagnóstico, y miramos si se puede operar.

-¿Cúales son las causas?

-Está relacionado con el ciclismo, profesiones en las que se pasa mucho tiempo sentado, también a veces con el parto... Pero en la mayoría de los casos no se llega a saber la causa, aunque sí es verdad que entre los ciclistas sí que hay muchos casos.

-Realiza la cirugía en el hospital comarcal de Valdeorras, y es una técnica novedosa.

-Que yo sepa soy la única cirujana que hace esta operación en España con la técnica del doctor Robert, con quien me formé en Francia. Es una enfermedad que consume muchos recursos a la sanidad cuando los pacientes no están bien diagnosticados, y sin embargo para diagnosticarla y tratarla no se necesita ningún material especial. Se necesita pensar que existe, el conocimiento y el diagnóstico es fundamentalmente clínico. Con los medios de un hospital comarcal se puede hacer perfectamente.

-¿Cómo fue la acogida cuando propuso hacerlo en O Barco?

-La sensación es que me apoyan, tanto en el comarcal como en la gerencia provincial. Y en el hospital, una de la ventajas de que sea un hospital pequeño, es que todo el mundo tiene interés en saber.