«Sé que ya no puedo volver a mi casa, ni ver a mis padres ni a mis hermanos... Es muy duro»

Fina Ulloa
Fina ulloa OURENSE / LA VOZ

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Fina Ulloa

Participó ayer en una jornada informativa de Solidaridade Galega co Pobo Saharaui en la que se pidió ayuda para los campamentos de refugiados destrozados por las lluvias torrenciales de la pasada semana 

26 oct 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

La jornada informativa de Solidaridade Galega co Pobo Saharaui que ayer se celebró en Ourense tuvo como eje central el llamamiento al auxilio de los refugiados tras las lluvias torrenciales que dejaron totalmente destrozados hospitales, almacenes de alimentos, escuelas y viviendas en los campamentos. Entre los participantes en la reunión estaba Hasaana Aalia, declarado en rebeldía por Marruecos y condenado a cadena perpetua en febrero, junto con otros activistas de la causa saharaui juzgados por la instalación de un campamento protesta en El Aaiún en 2010 en el que hubo enfrentamientos con la policía. La sentencia le pilló en España y decidió pedir asilo político. Inicialmente le fue denegado, pero la resolución definitiva está pendiente de un recurso.

-¿Cual es su situación actual?

-La verdad es que no lo sé exactamente. Cuando me detuvieron este mes dos policías en el tren cerca de Burgos les presenté el auto de la Audiencia Nacional, que estimó el recurso, y el papel en el que dice que la salida obligatoria está paralizada hasta que termine todo el proceso judicial, pero no les sirvió.

-Sigue dando conferencias por España. ¿No tiene miedo?

-Tengo miedo, es natural. También por mi familia, porque pueden recibir presión o maltrato, como reciben miles de saharauis en la zona ocupada. Espero que no tengan problemas. Yo recuerdo cuando en 2008 entró la policía en mi casa a buscarme, empujaron a mi hermano y pegaron a mi madre y eso es muy duro porque te sientes culpable. Ahora, desde que me condenaron a cadena perpetua, muchas noches pienso que tengo 27 años y qué va a ser de mi vida. Sé que ya no puedo volver a mi casa ni ver a mis padres ni a mis hermanos... Es muy duro. Yo nunca quise ser refugiado, me obligaron a ello.

-¿Ha recibido muchos apoyos?

-Incluso de ayuntamientos y parlamentos autonómicos, como el de Galicia; también sindicatos y partidos políticos. Pero más importante es el apoyo de la gente normal, que te para por la calle, te anima, te abraza. Ese creo que es el apoyo más sincero, porque no cambia como otros. En España han gobernado partidos de distintos colores y el apoyo que nos dan desde la oposición se les olvida en el gobierno.