La larga crisis acaba con los sueños

pepe seoane OURENSE / LA VOZ

OURENSE CIUDAD

Fernando Márquez y Evaristo López, ayer, en Stylo.
Fernando Márquez y Evaristo López, ayer, en Stylo. santi m. amil< / span>

La librería Stylo cierra sus puertas sin alcanzar los sesenta años de vida en Ourense

03 oct 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

La crisis dura demasiado. En general. No se puede hablar solo de la competencia de las grandes superficies, ni del libro electrónico añadido a la desenfocada imagen del todo gratis en Internet. Son varios los factores que han contribuido a apagar el sueño que hace diez años animó a los empleados de la librería Stylo a hacerse cargo de un establecimiento que estaba condenado al cierre. De los quince trabajadores, ocho dieron entonces el paso y se convirtieron en empresarios. Creyeron en sí mismos, pusieron buena cara a la adversidad cuando empezaron a sentirla en la piel, pero, al final, bajan los brazos. «Nos faltaba poner fecha. Llevábamos meses dándole vueltas, pero nos resistíamos a dar un paso que no tiene marcha atrás», según ahora confiesa Fernando Márquez.

En vez de preparar el escaparate con las novedades editoriales del otoño como reclamo, han colocado el cartel del adiós. Se dan una semana para el definitivo golpe de persiana. Saben que serán días duros, no tanto por el trabajo de la liquidación, sino por la emoción de borrar media vida. Ya les pesa en la cara.

Dentro de una semana habrá perdido Ourense uno de sus establecimientos comerciales más emblemáticos, un espacio en el que, con algo de memoria y sin necesidad de acudir al siglo pasado, es fácil recordar colas puntuales entres los meses de septiembre y octubre, o en las navidades. Cuando regalar un libro era un recurso cómodo y agradecido, un acierto seguro. Ya no.

La alegría con la que en algún momento se facturaban las cajas de libretas o de bolígrafos, se acabó hace tiempo. Ni las empresas ni la administración, matiza Fernando. Con todo, ni él ni Evaristo López, las dos caras del actual Stylo junto con Laura Vila, muestran quejas ni reproches de una forma abierta. Si los tienen, que seguramente los tendrán, se los guardan, aunque no dejan de mostrar su pesar, a modo de ejemplo, por el impacto que la centralización de compras por parte de la administración ocasiona en el pequeño comercio local, del cual esta librería puede ser buen ejemplo. El problema está aquí en la caída real de las ventas y no, como ocurre en otros sectores, en los impagos.

Su plan, aparte de tragar saliva todos los días, es cerrar dentro de una semana. Vaciar el local y llevar lo que quede para otro de la Rúa Nova, que en alguna época fue almacén bien surtido y cumplirá su última función como cementerio, antes de empaquetar lo que quede con destino incierto y apagar la luz por última vez.

Compañeros durante veinticinco años a partir de una llamada a la mili

Evaristo y Fernando llevan sus buenos años trabajando juntos. El primero entró en la librería en 1984 con 16 años y cuando le llegó la carta para el servicio militar, entró en escena Fernando. Lo iba a sustituir durante la mili, pero lo que iba a ser un año acabó siendo un cuarto de siglo. Hasta octubre del 2015. Fin de trayecto.

Con el cierre de Stylo se acaba la historia de una librería que en el 2006 cumplió cincuenta años con los actuales gestores, trabajadores reconvertidos a empresarios a quienes la crisis ha devorado. Atrás queda la fundación de la mano de Manuel López, Odilo Alonso y Cesáreo Labrador, con especial dedicación de este último, responsable en gran medida de su primera y fructífera etapa en el siglo pasado.

Casi un millar de librerías cerraron en España en 2014. Stylo se va ahora con una de las más emblemáticas, la barcelonesa Negra y Criminal, que hoy precisamente quema su última cartucho.