En una situación de crisis como la actual seguro que hay otras prioridades más urgentes en el gasto público que el Museo Arqueolóxico, pero el nuevo alcalde de Ourense, Jesús Vázquez, quiso dar un golpe en la mesa y lo dio con ese proyecto. Tras saber que los presupuestos del Estado destinaban tan solo 100.000 euros a esa actuación, el regidor convocó a la prensa para denunciar públicamente el «agravio» del Ministerio de Cultura e incluso le escribió una carta al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy.
Si esta es la primera de muchas encendidas defensas de los intereses de Ourense por parte de Jesús Vázquez, bienvenida sea. Como decía, nadie niega que es una vergüenza que el museo fuese cerrado en el año 2002 y que la ciudad aún siga esperando por las obras, pero en el contexto actual está claro que no es el proyecto más urgente para los ourensanos. En todo caso, si la estrategia del alcalde funciona, será bueno para Ourense porque el Arqueolóxico contribuirá a reforzar el atractivo turístico de nuestra cultura.
Si lo consigue, sería bueno también que aplicase de nuevo la maniobra de la pataleta pública para reclamar a su partido otras muchas inversiones tanto o más necesarias para la ciudad. Si no, parecerá que solo quería dar un golpe en la mesa (la de Madrid, que está más lejos) para transmitir contundencia y firmeza después de la crisis que le originaron en el gobierno municipal con la dimisión de su número dos.