Austeridad

Maite Rodríguez Vázquez
Maite Rodríguez EL ÁBACO

OURENSE CIUDAD

23 jun 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Tras las elecciones municipales cambiaron algunas cosas, aunque en Ourense parece que se mantiene el adagio de El Gatopardo de Lampedusa para resumir de modo práctico lo que necesitaba aquella Sicilia en su retrato decimonónico: «Hace falta que algo cambie para que todo siga igual». Estos días, los electos organizan las corporaciones y el dinero vuelve a ser materia de discusión. Cuánto cobra cada uno y por qué. Si los alcaldes y los concejales con áreas amplias deben tener un sueldo o no. Al menos, hay una limitación legal que pone baremos comparables para todos. Pero llegados a la hora de la verdad, la austeridad que tanto han vendido unos y criticado otros se convierte en algo casi molesto. Que el ahorro vaya a caer siempre del mismo lado (la oposición, normalmente en minoría, salvo en algunos concellos) y se obvie en el estrado del grupo de gobierno es algo que no se entiende. La gente quiere servicios por los impuestos que paga y menos trabas administrativas. Ambas cosas están aún sin resolver. En Ourense, y en España en general, han cambiado algunas cosas en lo formal pero está por ver la transformación real de la manera de administrar y gestionar lo público. Comienzan cuatro años en los que los nuevos y viejos gobernantes tendrán que mostrar su capacidad para negociar y para trabajar por un futuro con menos deuda. Los concejales, sean del gobierno o de la oposición, tienen su responsabilidad política aunque últimamente se les haya requerido mas la judicial, y deben tener su justa remuneración.