Despedida agria para el alcalde: «Tanta paz leve alí onde vaia como paz deixa»

Miguel Ascón Belver
miguel ascón OURENSE

OURENSE CIUDAD

El PP y sindicatos le recuerdan a Agustín Fernández que se va sin pagar las aceras de su casa mientras derriba la de Reza

12 jun 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Los últimos días de Agustín Fernández Gallego como alcalde de Ourense están siendo de todo menos plácidos. Ya le quedan solo 24 horas en el cargo, pero ha sido un mandato muy polémico y los enemigos del regidor han aprovechado hasta las últimas balas de sus cargadores para disparar a Fernández. No en vano, el gobierno socialista les ha dado munición con el derribo de la casa de Reza. De hecho, ayer PP y sindicatos se lo recordaron y pusieron esa acción en relación con el hecho de que el alcalde se va sin pagar las aceras de su casa.

Rosendo Fernández, portavoz municipal popular, convocó a los medios de comunicación a una rueda de prensa de despedida. Él se va, pero no olvida. El asunto de la vivienda unifamiliar de Agustín Fernández fue una cruzada personal del hasta ahora líder del PP. La obra de las aceras, según recordó, ya provocó la devolución a Hacienda de unos 30.000 euros y recientemente se le han reclamado al Concello otros 80.000 más. El portavoz popular no dejó pasar la oportunidad de señalar la ironía que supone esa reclamación teniendo en cuenta que el regidor es trabajador de la Agencia Tributaria, un ocupación a la que, según ha dicho, volverá el lunes. Pero es que Fernández recordó también que el propio Concello reclama otros 27.000 por esa obra. «É un alcalde moi peculiar e é un traballador do Ministerio de Hacienda moi peculiar», concluyó el líder del PP, que mostró una certificación que demuestra que él sí está al corriente de todos sus obligaciones económicas con el Ayuntamiento.

Rosendo Fernández hizo un repaso detallado del mandato, que fue «totalmente inútil» para Ourense, y se refirió al «triste epílogo» que supuso el derribo de la casa de Reza. Respecto a este asunto, señaló que «as sentenzas están para ser cumpridas», pero dijo que «fontes achegadas ao caso» le han comunicado que el alcalde no tenía por qué ordenar el derribo «nin onte, nin hoxe nin mañá». En este sentido, recordó que el Concello estuvo «ano e medio» sin pagar la indemnización a Proavia pese a que existía una sentencia que le obligaba a ello.

También la CIG criticó ayer esa última medida de Agustín Fernández. En una nota difundida entre los medios de comunicación, el sindicato se suma al recuerdo del caso de las aceras y dicen que el alcalde trató de evitar el pago, una situación que «contrasta coa ausencia de recursos contra a sentenza que obriga a demoler unha vivenda en Reza, [...] xusto o contrario do que fixera no pasado por intereses sectarios e estritamente particulares». El uso de la Policía Local para el derribo también es criticado por el sindicato, que considera la medida «arbitraria».

En definitiva, la CIG se congratula de la próxima «xubilación política» de Agustín Fernández. A su juicio, «suporá un evidente alivio para as arcas municipais pola finalización do contrato-pack-familiar alcalde-filla de máis de 110.000 euros anuais». La central sindical concluye que fue el regidor «máis nefasto da democracia», pero la frase que cierra el comunicado difundido ayer por esa organización es, quizás, la que mejor resume su particular despedida a Fernández: «Tanta paz leve alí onde vaia como paz deixa».