«Las campanadas son una alegría»

Cándida Andaluz Corujo
c. andaluz OURENSE / LA VOZ

OURENSE CIUDAD

La orden de reducir el volumen de las melodías de la iglesia de Fátima ha abierto un debate en las calles de O Couto sobre las molestias que ocasiona

12 jun 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Aunque habelos hailos, los detractores del sonido de las campanas de la iglesia de Fátima parecen esconderse. Como explicaba ayer una vecina, la decisión judicial de reducir su volumen ha abierto un debate, en corrillos, antes de entrar a misa. Sin embargo, será porque el oído se adapta a las circunstancias, la ordenanza de ruidos no coincide en este caso con la percepción de los vecinos. La mayoría aseguraba ayer no enterarse de las campanadas pese a que existe una orden judicial, basada en un estudio, que asegura que no cumplen con la normativa que marca el Concello de Ourense. Al margen de lo puramente legal, ayer eran muchos los que se sorprendían todavía de tal decisión. «Góstame que toquen as campás. Así foi toda a vida. Non entendo que a alguén non as queira» subrayaba Rosa ante la atenta mirada de una amiga con la que conversaba minutos antes. «Lembro que tocaban cando alguén morría e era unha forma de que todos o soubéramos», afirmó. A pocos metros de la iglesia se encuentra un establecimiento de ropa. Su propietaria explica que ya hace tiempo que ni las escucha, quizás porque ya forman parte de su día a día. «A veces molesta más el paso de coches. Las campanadas son una alegría», dice. Sin embargo, un hombre que espera en la tienda dijo entender de alguna manera al denunciante. «Si se trata de rebajar el volumen no me parece mal. Habrá personas que tengan un estilo de vida diferente y no podrán descansar».

El obispado de Ourense traslada a la parroquia la responsabilidad y en la iglesia de Fátima prefieren no hablar. De todas maneras, será el Concello de Ourense el que tenga que dar el primer paso y hacer cumplir la ley.

«Entonces a los del Puente les molestaría el paso de los trenes. Yo las campanas casi ni las escucho»

Isabel Diéguez

«No me molestan nada, casi ni las oigo cuando suenan. Y eso que vivo y trabajo muy cerca»

Marta Prado

«Nací en este barrio y vivo cerca de la iglesia. No me entero del sonido. La gente protesta por todo»

Loli López