Te vi en la portada de La Voz, estimada vecina de Ramirás, y se me humedecieron los ojos de gratitud a tus muy bien llevados 109 años. Es esa gratitud que le debemos a los hombres y mujeres que, como tú, habiendo pasado mil y una calamidades (el Estado de bienestar, que posibilita tu estancia hoy en una residencia de Cartelle, es una conquista de finales del siglo XX), llegáis a metas otrora inalcanzables como los 90 o los 100. Has cogido el testigo de Francisca Barracel, una alaricana que también había sido portada de La Voz en el 2013 porque, con sus 111 años era, entonces, la persona más anciana de Galicia. No sé qué tiene Ourense (aparte de la plaga del envejecimiento poblacional) para que germinen flores como la tuya. Estás como un rosa y dicen quienes te cuidan que comes de todo, asistes a los talleres recreativos y llevas una vida normal. Tenemos, contigo de ejemplo, que asumir que no envejecemos cuando se arruga nuestra piel, sino que envejecemos cuando se arrugan nuestros sueños e ilusiones. Que las tuyas las mantengas tersas con esa alegría que alaban tus cuidadoras y que exhibes en el dicho de que los 109 años son fruto de haberte ahorrado convivir con un hombre. Veo que refrendas aquello de Sabina en su canción Pastillas para no soñar: «Si lo que quieres es vivir cien años, no pruebes los licores del placer?».