Cien kilómetros de línea de los que casi 60 serán una sucesión de túneles y viaductos

ourense / la voz

OURENSE CIUDAD

15 oct 2014 . Actualizado a las 04:00 h.

Son cien kilómetros de trazado pero la complejidad técnica de su ejecución es uno de los retos más importantes que se han afrontado en la construcción de la línea de alta velocidad Madrid-Galicia. El tramo comprendido entre Lubián (Zamora) y la capital ourensana, cuyas obras de construcción aún se prolongarán durante casi cuatro años más, se sustentará sobre complicadas soluciones técnicas con las que se ha tenido que salvar la difícil orografía gallega. Esa misma que siempre ha limitado las comunicaciones por tren con la Meseta.

De hecho, en casi sesenta kilómetros, en el tramo entre Lubián y Porto (Vilar de Barrio), el trazado se desarrollará mediante dos vías con plataformas independientes (derecha e izquierda), con una sucesión de viaductos y túneles. De todos ellos el más largo será el de O Corno, de 8,5 kilómetros, situado en el término municipal de Laza. Su estructura albergará la vía derecha de un tramo integrado por dos plataformas independientes, que completan el túnel paralelo de Cerdedelo-Prado, de otros 8,5 kilómetros para la vía izquierda.

Otros de los que tendrá una mayor longitud será el de Prado, de 7,6 kilómetros, que discurre entre Vilar de Barrio y Sarreaus. El de La Canda, de 7,3 kilómetros, se situará en el límite entre Ourense y Zamora. El túnel de Bolaños, de 6,7, atraviesa Castrelo do Val, A Gudiña y Vilariño de Conso.