Cruzamos el arroyo por un puente de madera para salir a una pista asfaltada. Giramos a la izquierda y a los pocos metros dejamos el asfalto para pasar a una pista de tierra que corre paralela al arroyo por una zona boscosa. Más adelante la vegetación da paso a zona de viñedos. Pasamos por el lugar de O Pousadoiro, donde se ofrece una hermosa vista del pueblo de Pincelo, distante unos cien metros y a orillas del río Miño, en el kilómetro tres de la ruta. En esta localidad aún se pueden ver, al igual que en Belesar, algunas de las tradicionales barcas del Miño, utilizadas para el transporte de personas y ganado, el acarreo de uvas y la pesca fluvial.
El camino corre paralelo al Miño durante unos seiscientos metros. Luego sube a la carretera de Pincelo a la altura del puente de Portotide, donde enlaza con el nuevo tramo que lleva al lugar de A Veiga, entre viñedos, robles y castaños. En el kilómetro 4,2 y a la derecha del camino, nada más rebasar una pequeña construcción, nos encontramos con un cruceiro. Unos doscientos metros más adelante cruzamos el arroyo de Souto. En la otra orilla arranca un corto sendero que lleva a la fuente de Muiñovedro. Continuamos por el camino principal y seguidamente entramos en Muiñovedro. Debemos andar otros cincuenta metros para salir a una carretera que lleva a la hoy deshabitada aldea de A Veiga. Para llegar a ella hay que torcer a la izquierda y caminar por el asfalto unos doscientos metros.