Por la orilla derecha del Miño desde Belesar hasta A Veiga

carlos rueda / francisco albo MONFORTE / LA VOZ

OURENSE CIUDAD

CARLOS RUEDA

Una ruta de 4,5 kilómetros discurre por paisajes típicos de la Ribeira Sacra

05 oct 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

El pueblo de Belesar tiene la peculiaridad de estar dividido en dos barrios por el curso del Miño. Una parte se encuentra en el municipio de O Saviñao, en la margen izquierda, y la otra pertenece a Chantada. Una ruta de senderismo de 4,6 kilómetros que enlaza este lugar con el pueblo de A Veiga permite disfrutar de algunos de los paisajes característicos de la Ribeira Sacra del Miño.

El recorrido empieza junto al peto de ánimas de San Bartolomeu, un monumento de notable valor histórico y etnográfico construido en el siglo XVII. A la izquierda arranca un camino empedrado que asciende unas decenas de metros hasta un desvío situado a mano izquierda. Aquí hay un letrero de la ruta de Belesar a Pincelo, que indica la dirección a seguir. A derecha queda la iglesia parroquial de San Bartolomeu, levantada a mediados del pasado siglo a raíz de la construcción del embalse de Os Peares. En su interior guarda un retablo barroco de 1747, procedente de la vieja iglesia parroquial, que quedó cubierta por las aguas del embalse.

Una vez que quedan atrás las últimas viviendas, el camino se interna en una zona de viñedos desde la que se divisan unas unas excelentes vistas del pueblo de Belesar y amplios panoramas de ambas riberas En el paisaje destaca el puente de Belesar, en un lugar que durante mucho tiempo fue el principal enlace entre las comarcas de Lemos y Chantada.

Un paso histórico

Por aquí pasa el camino de los Codos de Belesar, que formó parte de una ruta secundaria ligada a la vía romana de Astorga a Braga y más tarde se integró en el hoy conocido como Camino de Invierno. En 1830 se construyó un puente sobre los pilares de otro de origen medieval, que durante siglos fue el único paso existente en el Miño entre Portomarín y Ourense. El viejo puente se vino abajo en gran parte en 1780 a causa de una gran crecida. Durante mucho tiempo, el paso del río solo se pudo hacer en barcas.

En el kilómetro 1,8 el camino gira a la derecha e inicia un fuerte ascenso. Al cabo de unos doscientos metros hay que desviarse a la izquierda por un estrecho sendero que asciende entre las viñas hasta entrar en el lugar de Santiago de Arriba, en el kilómetro 2,2. Del centro de la localidad parte un camino hacia Pincelo, por el que debemos desviarnos. Los primeros trescientos metros discurren por una zona con abundante vegetación y maleza, lo que dificulta la marcha. Después el camino se abre y empieza a bajar en dirección al arroyo de Souto Varela, situado a unos cuatrocientos metros.

Cruzamos el arroyo por un puente de madera para salir a una pista asfaltada. Giramos a la izquierda y a los pocos metros dejamos el asfalto para pasar a una pista de tierra que corre paralela al arroyo por una zona boscosa. Más adelante la vegetación da paso a zona de viñedos. Pasamos por el lugar de O Pousadoiro, donde se ofrece una hermosa vista del pueblo de Pincelo, distante unos cien metros y a orillas del río Miño, en el kilómetro tres de la ruta. En esta localidad aún se pueden ver, al igual que en Belesar, algunas de las tradicionales barcas del Miño, utilizadas para el transporte de personas y ganado, el acarreo de uvas y la pesca fluvial.

El camino corre paralelo al Miño durante unos seiscientos metros. Luego sube a la carretera de Pincelo a la altura del puente de Portotide, donde enlaza con el nuevo tramo que lleva al lugar de A Veiga, entre viñedos, robles y castaños. En el kilómetro 4,2 y a la derecha del camino, nada más rebasar una pequeña construcción, nos encontramos con un cruceiro. Unos doscientos metros más adelante cruzamos el arroyo de Souto. En la otra orilla arranca un corto sendero que lleva a la fuente de Muiñovedro. Continuamos por el camino principal y seguidamente entramos en Muiñovedro. Debemos andar otros cincuenta metros para salir a una carretera que lleva a la hoy deshabitada aldea de A Veiga. Para llegar a ella hay que torcer a la izquierda y caminar por el asfalto unos doscientos metros.