«¡La he jodido!, iba a 190»

José Manuel Pan
J. M. Pan REDACCIÓN / LA VOZ

OURENSE CIUDAD

Garzón admitió su error ante uno de los primeros mandos policiales que llegaron al lugar

31 jul 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Eran las nueve menos veinte de la noche del miércoles día 24 cuando la tierra tembló en Angrois, una pequeña parroquia del municipio de Santiago. En la curva de A Grandeira un tren procedente de Ourense, que había salido de la estación de Madrid-Chamartín a las tres de la tarde, descarrilaba y dejaba un reguero de muerte: 79 fallecidos hasta el momento.

Atrapado en la cabina de mando del Alvia 730, Francisco José Garzón habla con el centro de control del tráfico y le comunica que ha tenido un accidente. Esa conversación queda grabada y es reveladora de que el tren circulaba a una velocidad excesiva para el tramo curvo que tiene una limitación de 80 kilómetros por hora. Como queda demostrado en el auto judicial de libertad provisional, el propio Garzón reconoce que circulaba a unos 190 kilómetros por hora y que además era consciente de que no podía hacerlo a más de 80 por ese lugar.

El maquinista también admite el exceso de velocidad ante la policía cuando era atendido en el lugar del accidente. Se lo dice al responsable del dispositivo policial que había sido establecido para la festividad del Apóstol en la ciudad de Santiago, que es uno de los primeros en llegar al lugar del siniestro junto al delegado del Gobierno. Ese responsable policial habla con el maquinista y trata de tranquilizarlo. Garzón le declara en tres ocasiones: «¡La he jodido!». El policía le preguntó qué había pasado, y el maquinista le respondió que «iba a 190». A los agentes que lo trasladaron al hospital también les declaró que pudo haberse despistado. A ellos también les dio su consentimiento para que le fuese realizada una extracción de sangre para hacer un test de alcoholemia.

En su declaración ante el juez Luis Aláez, Garzón también admitió que iba a 190 por un tramo por el que sabía que no podía circular a más de 80 y que «debe saber que tiene que ponerse a esa velocidad en este tramo», y no era capaz de dar otra explicación a ese hecho que el de «un despiste, un error humano, que le puede ocurrir a cualquiera». En sede judicial, el maquinista, que se negó a declarar ante la policía hasta en dos ocasiones, dijo que se había confundido y que pensaba que estaba circulando por un tramo anterior en el que no había ninguna curva.

Javier Illanes, el maquinista que fue relevado por Francisco José Garzón en la estación de Ourense y que continuaba viaje en el tren Alvia accidentado hacia su domicilio coruñés, será llamado a declarar ante el juez que instruye el caso en próximas fechas. Igualmente serán citados a declarar varios pasajeros. Los investigadores de la Policía Nacional ya hablaron con algunos de los viajeros la misma noche del accidente. Se le tomó declaración a tres de los heridos en el siniestro, y uno de ellos aseguró que sí que fue conscientes de que el tren llevaba «una velocidad excesiva para ese tramo de circulación en el que estaba tomando una curva pronunciada».