Una de las voces más conocidas de la radio ourensana estrena jubilación
05 mar 2013 . Actualizado a las 20:13 h.Muchos le pondrán cara con este reportaje, pero pocos son los ourensanos que no reconocen su voz. Ana Muñoz es Ana a das queixas, un apelativo cariñoso que le dedicaron unas oyentes a raíz de la sección de quejas que ella locutaba en la Ser. Pero su carrera profesional ha sido mucho más que esa anécdota. Tres décadas de impecable ejercicio profesional quedaron a sus espaldas cuando se jubiló hace tan solo unas semanas.
Nació en Vilagarcía de Arousa y trabajaba como secretaria de dirección en una empresa de Porriño hasta que su marido, José Luis Gago, la convirtió en ourensana. Dedicó ocho años al cuidado de sus hijos y, cuando surgió la oportunidad, se presentó a una prueba en la radio. «Como entonces no gustaba el acento gallego y yo era de ascendencia castellana, les gusté», recuerda Muñoz, que comenzó leyendo esquelas y anuncios. «Poco a poco fui asumiendo más responsabilidades. Soy autodidacta y jamás he presumido de ser periodista. Soy locutora. A mí lo que me gusta es la comunicación. Estar en contacto con la gente», cuenta.
Y es que la humildad es la seña de identidad de una periodista (que lo es) que respetó su oficio como pocos. «El periodismo es muy serio y tienes que ser muy humilde. Cuando me sentaba delante del micrófono sentía mucha responsabilidad», explica. Su cercanía le facilitó el cariño de los oyentes, que querían saber quién estaba tras la voz que escuchaban por la radio. «Una vez vino un señor muy mayor a verme diciendo que quería conocerme y me dio un abrazo. Se puso a llorar y me dijo que estaba agradecidísimo por cómo había leído la esquela de su mujer. Dijo que había sido muy emotiva. Nunca me olvidaré», recuerda.
Ana no vivía en la trinchera, se llevaba bien con todos, «con los de la derecha, con los de la izquierda, con todos», dice. Conciliadora por naturaleza, afrontó con una sonrisa los sinsabores personales y profesionales que se le presentaron. A nivel laboral, ahora que está jubilada, echa la vista atrás y reflexiona: «Hemos perdido muchísimos derechos y tardaremos en recuperarlos, si es que los recuperamos». En tres décadas de profesión las reglas han cambiado radicalmente.
Pero eso ya forma parte del pasado. Los madrugones quedan para el recuerdo y Ana quiere recuperar el tiempo perdido: «Tengo pegada en la nevera una lista de amigos con los que tengo que quedar ahora que puedo». Tiene muchos planes y uno de los más inmediatos es hacer el Camino de Santiago. Ya se está preparando. Siempre junto a su marido. «Desde que me jubilé me puso a andar», cuenta entre risas. Él, afortunado, puede ahora disfrutar a tiempo completo de su alegría y de su voz. Esa que todo Ourense reconoce.
Ana muñoz sánchez