El alcalde del nuevo concello acabó en la cárcel tras la quiebra de su propio banco

La Voz

OURENSE CIUDAD

17 feb 2013 . Actualizado a las 06:47 h.

Al ciudadano de a pie puede llamarle la atención que, frente a otros alcaldes históricos de Vilagarcía, a los que el tiempo reconoció incluso dándole sus nombres a varias calles de la ciudad, el que fue primer regidor tras la fusión haya pasado desapercibido sin pena ni gloria. Hay motivos para ello. Se dice que la historia pone a cada uno en su sitio, pero en el caso de Valeriano Deza, se podría decir que ya siempre estuvo en su sitio.

Llegó a la alcaldía en 1910 y solo ostentó el bastón de mando durante cuatro años. Fueron, además, cuatro años de inestabilidad política en los que varias veces peligró su cargo. Hasta el punto de que en más de una ocasión creó recelos el hecho de que, cuando las luchas internas y los empates entre las distintas fuerzas se tuvieron que dirimir a golpe de suerte, la bola de la fortuna se puso siempre del lado de Deza. Como recuerda el historiador Manuel Villaronga, en una ocasión ganó porque se anularon tres papeletas de tres ciudadanos que no podían votar por estar en la lista de pobres del municipio.

STRONG>El dinero de Cortegada

Hombre de profundas convicciones religiosas, formó parte de la comisión Cortegada y fue el encargado de recaudar el dinero con el que se indemnizó a los colonos de la isla. Como propietario de la Banca Deza, los convenció para que guardaran sus ahorros en la entidad. Pero llegó la década de los años veinte, y otra vez en un momento histórico tristemente parecido al actual. Con la finalización de la I Guerra Mundial y la crisis subsiguiente, quebraron varios bancos en España: el de Barcelona en 1920 y el de Vigo en 1925. Y en medio, la Banca Deza en 1921 y la Banca Fuentes de Ourense en 1923. Tras varias querellas por estafa, Valeriano Deza y su hermano Epifanio ingresaron en prisión en la cárcel de Cambados en junio de 1922 acusados de quiebra fraudulenta. Hasta La vanguardia se hizo eco de la noticia.