Sergio Pazos: «Farandulero significa saber aprovechar la vida»

OURENSE CIUDAD

Hace honor de ser da Terra da Chispa y disfruta de la compañía social, de ser amigo de los suyos, y solo se permite, en solitario, andar en bicicleta

06 oct 2011 . Actualizado a las 22:32 h.

Sergio Pazos (Ourense, 1965) lleva asentado, por motivos profesionales, en Madrid desde 1996, aunque se muestra morriñento al hablar de casa. «Siempre que puedo voy a Allariz, a Xinzo da Limia y a las termas de Outariz, es un sitio maravilloso y espero que no sea contraproducente promocionarlas», matiza con sorna.

En Madrid, opta por hacer honor a la versión más parrandera de la profesión. «Esta muy bien trabajar, porque ennoblece mucho como dice mi padre, pero la vida es para disfrutarla y como tenemos una profesión que no sabemos si trabajaremos mañana o no, mucho tiempo libre y sin horarios fijos, lo que hago es que disfruto compartiéndola con mis amigos, con los míos. Farandulero significa saber aprovechar la vida, tomarte copas, disfrutar de unos buenos pinchos, una buena conversación, mirarle el culo a las tías...», explica sin pizca de rubor y matiza: «Tengo pocos vicios, intentar ser bueno es uno, ayudar a la agente y compartir energía positiva y alegría. Ya nos dan palos por todos los lados, yo soy de quitar penas. Y eso sí que lo hago bien». Hace patria del barrio en el que vive, en La Latina, porque le permite aprovechar El Retiro y la Casa de Campo para hacer bicicleta y apunta que para ese deporte Madrid tiene como ventaja que llueve poco. Vive en un séptimo con terraza, «es muy bonita, no tiene rascacielos encima», y ahora está decidido a ponerle plantas y enredaderas, para conseguir «un techo vegetal, para que me dé la sensación de que estoy en Galicia».

Con hablar hiperactivo explica: «La profesión fundamental de un actor y su actividad principal es buscar trabajo. Unos lo consiguen y otros no, yo estoy en el medio». En estos momentos, trabaja en Cuéntame, «con el personaje de Pepe, que en esta temporada se convierte en hombre de confianza, digamos que escala un poquito en la familia Alcántara, y hasta ahí puedo leer».

Mantiene su propia compañía de teatro, Bambalinas Asesinas, con la que visitó Galicia recientemente con la obra Maté a un tipo, y volverá el próximo mes de gira, con el director Gerardo Malla, con La familia de Pascual Duarte, que presentarán en Santiago (día 10), Pontevedra (11), A Coruña (12) y Vigo (13). Acaba de asistir al preestreno en Ibiza de Un lugar para las butter cookies, una película protagonizada por Hugo Silva y donde hace el papel de un matón venido a menos, y en medio de esa vorágine asegura que pretende mover por locales más pequeños el monólogo Se galego, my friend, y seguir promocionando Diario de un hombre políticamente incorrecto, que editó con Planeta y «para el que no lo sepa vale para pasar un buen rato, es literatura frugal, nada de dolores de cabeza».