Empezó la temporada con un empate en el campo del Vilalonga, pero después cayó en el García Calvo ante el Deportivo B. El primer triunfo del Negreira fue en casa, en la cuarta jornada, ante el Verín, en la actualidad colista del grupo primero de Tercera División.
El Negreira inició la campaña con una gran cantidad de dudas, que le mantuvieron durante muchas semanas en la zona más peligrosa de la tabla. En noviembre, el equipo vivió un auténtico calvario. También en diciembre y en enero, y en las primeras semanas de febrero. En todo este tiempo, solo consiguió nueve de los cuarenta y dos puntos por los que compitió.
En noviembre sumó uno de los quince que disputó. En enero ganó uno de los cuatro encuentros que jugó. Comenzó febrero con dos derrotas, una ante el Ourense y otra en el campo del Vilalbés. Fue el 14 de febrero, el día de San Valentín. Aquella tarde, el Negreira se transformó.
Inició una etapa de grandeza futbolística, que dura hasta hoy. El equipo de Julián Ferreiro lleva diez jornadas sin perder (ocho victorias, siete consecutivas, y dos empates). Su portero estuvo 740 minutos sin recibir un gol, el único que encajó en los diez últimos encuentros.
Solo el líder Dépor B sumó más puntos en la segunda vuelta. Julián Ferreiro explica que «todo o mundo ten que estar contento co que fixo o equipo nesta segunda volta. Iso quere dicir que hay un traballo moi grande detrás. Cando un equipo evoluciona así é que se fixo un traballo mou duro, que os conceptos defensivos e ofensivos se foron asimilando e que pouco a pouco viñeron os bos resultados».
Dos partidos
El entrenador, con la permanencia asegurada, afrontará las dos jornadas que le restan al equipo sin presión y con la satisfacción del deber cumplido. El conjunto rojillo recibirá al Rápido de Bouzas y visitará al Alondras con el único objetivo de escalar algún puesto más en la tabla.
«Agora temos menos carga de traballo, pero tentaremos gañar os dous partidos para quedar na mellor clasificación posible», explica Ferreiro. Pese a la gran racha del equipo entiende que «os rivais que nos quedan non son tan asequibles. O Bouzas quere gañar para asegurar a permanencia e o Alondras, que está nunha situación semellante á nosa, xogará coa idea de despedirse cunha boa imaxe cara á súa afección».