Ourense posee unos alrededores excelentes. El Miño y el patrimonio histórico en la N-120, dejando atrás el balneario de Laias (en caso de pernocta, pedir una de las habitaciones que dan al río) y llegando a Ribadavia (barrio judío, castillo, iglesia prerrománica de Francelos en sus cercanías). La carretera que tira hasta el norte lleva a Beade y remonta hacia Leiro, localidad que ofrece el largo paseo fluvial para toda la familia o el ascenso andando (señalizado) a Pena Corneira para los buenos caminantes. Desde Leiro, por cierto, arranca una ruta de senderismo que marcha paralela al río y devuelve al visitante a Ribadavia previo paso por el conjunto pequeño y entrañable de A Ponte. Pero si se sigue en coche, un kilómetro más allá de Leiro se gana la carretera que conduce a O Carballiño (excelente iglesia románica en Gomariz, antes) y por la derecha a esa parada obligada que es San Clodio (hay que ver los soportales, el monasterio y, a la salida, el pazo de Viña Mein, con uno de los mejores ribeiros de la comarca que además venden al público).