El albergue municipal reduce a la mitad su ocupación en verano

OURENSE CIUDAD

18 ago 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Una de las actividades que no cesa en vacaciones es la que hace referencia a las prestaciones sociales de los colectivos más desfavorecidos, que necesitan de esta labor para poder desarrollar su vida cotidiana.

Es el caso, entre otros, del comedor social y del Hogar del Transeúnte, ambos desplazados de su lugar habitual a causa de unas obras que pretenden remodelar el edificio que los albergaba y, sobre todo, dignificar el servicio que prestaban hasta ahora.

Y eso a pesar de que, tradicionalmente, los meses de verano son los de menor ocupación. La llegada del buen tiempo implica una mayor movilidad de quienes habitualmente hacen uso del servicio e incluso algunos de ellos no tienen problema en hacer noche al aire libre.

A día de hoy, y teniendo en cuenta que es un dato que presenta una variación constante, son catorce las personas que duermen en el albergue. El año pasado, al término de la temporada de verano, la media de inquilinos se situaba en 14,2.

Nada que ver con los meses de invierno, con una ocupación que oscila, dependiendo del momento, entre los veinte y los treinta usuarios. Además, en invierno, según destacan fuentes municipales, se amplían las estancias, debido a las condiciones climatológicas.

Ida y vuelta en bus

Muchos de los actuales moradores de este albergue proceden de otras ciudades gallegas que tienen centros similares, pero en obras, y que no han ofrecido una alternativa a sus transeúntes.

De ahí que en esta ocasión muchos hayan recalado en Ourense, donde sí encuentran dónde pernoctar.

Las obras de remodelación del número 1 de la Praza do Trigo provocaron hace algunas semanas el traslado de los inquilinos del albergue municipal a un emplazamiento provisional, situado en el Seminario Menor, gracias a un acuerdo de carácter temporal alcanzado entre el Concello y el Obispado.

La institución local abordó la remodelación del recinto, en el que habilitó dos habitaciones para hombres y mujeres.

Estas se complementan con baños y un comedor. Los usuarios hacen vida en la ciudad, a donde cada mañana los lleva un autobús, el mismo que a las ocho de la tarde los recoge.

Así será la rutina diaria de inquilinos, y también de empleados del servicio, hasta que finalicen las obras en la Praza do Trigo, en plena campaña de invierno.