Apretados en la Galicia interior

Kiko Novoa

OURENSE CIUDAD

Castro Caldelas es ahora una sucesión de obras y coches sin espacio para respirar. Paciencia: es el inicio del cambio que podría recuperar la vida alrededor del gran castillo

30 ago 2008 . Actualizado a las 22:03 h.

Este cuento sobre Castro Caldelas se escribe con letras apretadas. No es fácil moverse por este decorado que aspira a todo. Si no es un coche, es una obra y, si no, una piedra. Los espacios amplios, de momento, no existen. Dicen que vale la pena ser pacientes, porque este pequeño casco histórico del centro de Ourense sufre las últimas convulsiones antes de asomarse al éxito, pero nadie duda de que la cosa no será fácil. Igual que en el siglo XIV, todo empieza y todo acaba en la fortaleza, como todavía se conoce al castillo que, como otros, se abrió en el escenario de las revueltas irmandiñas. Ahora, la revuelta es distinta, más prosaica, desde luego, pero mucho más tangible. Es en este lugar donde el proceso rehabilitador echa chispas. Antes de que se lancen dardos críticos sobre la situación, bien debiera tenerse en cuenta que la oficina de rehabilitación de Castro Caldelas cumple en septiembre solo un año de vida. Y que, además, allí todo se lo cuecen dos profesionales: el arquitecto Roberto González Fernández y la administrativa Sonia Álvarez Fraguas. Entre ambos se reparten la ingente carga de trabajo que les espera por delante y se enfrentan a un casco histórico con un grado de envejecimiento que supera de largo el 30 por ciento, por encima de la media de muchos concellos, con una estructura familiar que suele estar formada por dos personas (más de tres es impensable, allí los niños se ven más bien poco), aunque en muchos casos ni siquiera eso y muchos viudos y viudas se las arreglan para subsistir sin compartir? «¿A onde hei ir? Sempre vivín aquí. Estou cómodo e non hai cartos como para meterse en moitas historias». Lo dice un vecino de una de las casas que aguantan en el centro. La zona es un lujo, pero su casa, no, aunque la calidad de los materiales con los que se construyeron los inmuebles (muchos superan los cien años de antigüedad) permite ser algo optimistas.

Soluciones al tráfico

Mientras, los coches parasitan sobre las calles y el proceso se pone muy cuesta arriba. Hace unos años, la asociación Amigos de Caldelas se puso en marcha para encauzar soluciones al tráfico. «Daquela recollemos unhas 200 firmas. Non tivemos éxito pero houbo moito debate. De feito puxemos en marcha un blog no que se foron vertendo as opinións de moitos interesados a favor e en contra. A oposición radical dos comerciantes disuadiu de entrada ao concello», admite Bautista Sotelo, miembro de la agrupación.

En la oficina de rehabilitación reconocen que es necesario plantearse la progresiva restricción del tráfico en un futuro. Ahora, las prioridades son otras.

El proceso de reconstrucción discurre en la actualidad en 20 intervenciones, que recibirán una inversión total de 11.000 euros, una cantidad que es inferior al convenio firmado entre las Administraciones en el 2006, que acumulaba un aporte de 55.000 euros para actuar en cinco viviendas. Además, la Consellería de Política Territorial aportó 233.268,97 euros para pavimentar las calles d Os Dormiños, Grande, Poniente, Maxistrado Domingo Cortón y la plaza del Mercado.

Las calles del Sol y del Mercado también recibieron 118.042,70 euros que provienen del programa europeo Leader.